3 de noviembre de 2010

IV CICLOTURISTA VILLA DE UBRIQUE (1996)

El 14 de mayo de 1996 participé en la IV MARCHA CICLOTURISTA VILLA DE UBRIQUE. El recorrido era para bicicletas de carretera, pero aceptaban la participación con BTT. El grupo de los que llevábamos bicis de montaña suponía una representación insignificante (creo recordar que unos siete, entre ellos una chica). Hacía tiempo que tenía ganas de hacer una clásica por la sierra, y aunque era todo carretera, me animé. El recorrido era Ubrique - Benaocaz - Villaluenga - Grazalema - Ribera del Gaidóvar - Embalse de Zahara - Zahara de la Sierra - Pto. de las Palomas - Grazalema - Villaluenga - Benaocaz - Ubrique. Todo el recorrido era neutralizado, a excepción de la subida desde el embalse de Zahara al Pto. de las Palomas, que era tramo libre. Juan Antonio y yo nos integramos en un amplio pelotón de "carreteros" donde había algo más que aficionados, por bicis y por piernas. Recuerdo que lo primero que me impresionó fue el ruido de las calas de carretera al enganchar y soltar. No tenía nada que ver con las de montaña. Era un ruido más fuerte y seco. Y estar en medio de unas ciento cincuenta personas sonando sus calas, asustaba un poco. Al ser casi todo el recorrido neutralizado marchábamos todo el tiempo muy cerca unos de otro, de manera que había que ir muy atentos a los de delante. En varias ocasiones se oía gritar avisando de frenazos con el consiguiente traqueteo liberando las calas. Hubo algunas montoneras, pero sin consecuencias. Otro detalle llamativo fue observar que a uno de los participantes le faltaba un brazo y subía y bajaba como uno más del pelotón. ¡Eso es superación! La subida de Ubrique a Benaocaz tiene mucha pendiente, pero por asfalto y neutralizado se podía hacer con relativa comodidad. Toda la manga de Villaluenga hasta Grazalema es más fácil. La bajada por la Ribera, sin problemas. Y luego, avituallamiento junto al embalse de Zahara, para afrontar la subida a las Palomas. Yo ya había hecho anteriormente la subida desde el pueblo en un par de ocasiones, por lo que conocía el puerto y sabía que tardaría sobre una hora en subir. Pues nada, paciencia y a dar pedales. Antes de llegar arriba venían bajando algunos que ya habían llegado y volvían de vuelta a repescar a algunos de sus compañeros. En la cima decían el puesto en que íbamos llegando. A mí me marcaron el 75º de la general y 1º de los de BTT. Sin parar, el descenso hasta Grazalema, pensando lo que debía agobiar bajar tanta pendiente con las ruedas finas. A la salida de Grazalema en dirección a Villaluenga paramos a comer. Luego quedaba el repechito hasta los Alamillos, llaneo hasta Villaluenga y bajada de nuevo muy rápida hasta Ubrique.