28 de febrero de 2013

DÍA DE ANDALUCÍA

Hoy nos hemos reunido cuatro impenitentes pedaleadores (Rafa V., Rafa P., Ppe y yo) con ganas de retar la incertidumbre metereológica, y conmemorando el Día de Andalucía, de modo que a cada uno nos tocaban dos provincias. A mí me han debido tocar Granada y Jaén, porque he estado toda la mañana arrecío. No sé a quién de los otros le habrá tocado Almería.
Como daban frío me pertreché con la indumentaria apropiada: pijama interior monopieza, culote de cuello alto, chaquetrenca cortavientos con capucha y botones de cuernecitos, braga de lana, calcetines de angorina, botas para la nieve (por si acaso), guantes cerrados hasta el codo, casco de litrona y gafas calefactables. Y detrás un paraguas sin mango, una rueda de repuesto, un boniato con miel, un teléfono sin guasa, el monedero y las llaves (una fija13-15 y otra de grifa). Po así y tó he pasado frío.
Para no hacer siempre lo mismo decidimos dirigirnos hacia Sanlúcar por la vía de servicio. Rafa V. propone no parar a desayunar ya que hay previsión de lluvias a mediodía. Nos ponemos en marcha por un asfalto húmedo, contemplando a ambos lados los extensos arrozales, unos completamente verdes y otros preparados para la siembra. Esquivar caracoles era una de las pruebas de habilidad de hoy, sobre todo a rueda de V. que pretendía llegar a Doñana sin bajar de los 28-30 de media. Menos mal que Pepe, que está a todas, nos dió unas lecciones prácticas de desmontaje de ruedas imposibles. A la vuelta, más caracoles y lombrices, muchas lombrices.
Una vez en Jerez, entre nublado y nublado, siento más frío que por la mañana. Lobato se viene a nuestro encuentro y terminamos la ruta con unos molletes, migando los dedos al calorcito de un café.

19 de febrero de 2013

CORONANDO BERANGO

Fotos de Edmundo (jueves, 7 de febrero).

 

 
 

16 de febrero de 2013

INFORME SEMANAL

Buenas noches.
El primer reportaje de hoy se titula CICLODIVERSIDAD. La Ciclodiversidad hace referencia a la amplia variedad de ciclistas que se mueven por toda clase de vías, así como la variedad de bicicletas de todo tipo y las diferencias entre ellas, lo que permite la combinación de múltiples formas de pedaleo y que supone una abundante interacción con los demás usarios de bicicleta y con el territorio en el que se mueven.
(Noria de El Almendral o de Goyena, antiguo pozo del s. XVIII, que contaba en su origen con una noria para recoger el agua. La singularidad del edificio lo constituyen sus muros y contrafuertes de mampostería de piedra ostionera, que lo convierten en único de esas características en Andalucía. Formaba parte de la red de abastecimiento de agua de la población constituida por la Caja de Aguas, las torrecillas y los pozos de Malas Noches, que se pueden encontrar en los alrededores, junto a restos de un posible acueducto y distintas estructuras).
Así estos últimos días hemos sido testigos de una situación que se va consolidando semana tras semana como es el hecho de que salimos más compañeros entre semana que el mismísimo sábado o domingo, que son los días preferidos habitualmente para hacer deporte. Martes y jueves, hasta diecisiete, mientras que hoy no hemos pasado de diez. Sería entretenido buscar las razones de eso, pero ahora nos vamos a limitar a una: la congregación para rodar juntos determinados días de componentes de distintos grupos, bien por amistad, por simpatía o simplemente por conveniencia. Es frecuente que martes o jueves salgamos con compañeros del MTBV (Manolo, Fernando, Juan, Tomás), otros ocasionales (hermano de Juanma C., Jesús P., Julio, Adri), independientes (Pete, Isaac) o amigos de unos u otros (últimamente, el primo de Joaquín, por ejemplo). El jueves rodamos un tiempo junto a un grupo de los Todobike (Paco y amigos/as) y hoy mismo nos hemos encontrado por los carriles de Frías con algunos MTBVs (Manolo M., Juan Ramón, Luis, Matu y David), con los que hemos hecho prácticamente la ruta entera. Volviendo del barrio Jarana hacia Pto. Real y luego por los alrededores de El Puerto, Matu y compañía nos han enseñado unos senderos, nuevos para nosotros y preciosos para la práctica de BTT. Muchas gracias por compartirlos y esperarnos en varias ocasiones.
(Gruta de la virgen de Lourdes, en el parque de Las Canteras. Pto. Real)
Por los carriles y carreteras,  muchísimas bicicletas. Precisamente esa diversidad entre grupos, además de dar colorido a los caminos, es muy enriquecedora para todos. La posibilidad de compartir experiencias, senderos, conversaciones, risas y, la mayoría de las veces, esfuerzos y sudores mientras pedaleamos, hacen de este deporte una actividad altamente satisfactoria.
Por otra parte está la diversidad de bicicletas. No sólo ya marcas, modelos, colores y componentes personalizados, sino rígidas o dobles. Ahora además estamos en una época de transición de las ruedas de 26 a las de 29 pulgadas. Cada vez vemos más 29s y todo son elogios. Ni una pega. Y no sería extraño que dentro de nada convivan esas anteriores con las de 27,5. El pasado jueves apareció el mismo Lobato para presentar en sociedad su nueva Giant, con lo que abandona su cómoda 26 doble por una moderna 29: renovarse o morir.

El siguiente reportaje es PINCELADAS DE UNA SEMANA QUE TERMINA.
Esta semana hemos disfrutado de unas magníficas tardes por luz y temperatura. Algunos han salido ya con culotes y maillots cortos. Sólo a la puesta de sol empezaba a notarse el frío. En cambio hoy no ha levantado la niebla en toda la mañana y allí íbamos, locos por un rayito de sol. Los carriles, estupendos. Dentro de nada echaremos en falta un buen chaparrón.
Se va notando que oscurece más tarde, lo cual provoca una relajación consentida a la hora de la salida, tanto entre semana como los sábados. La hora de arrancar no es ya las 16,30. No. Esa es la hora de quedar. Luego, diez o quince minutos de cortesía, saludos y tertulia. Y más tarde el paseíto por las calles de la localidad, como si de una visita turística se tratase. A pesar de todo, da tiempo sobrado a llegar con luz del día. ¿Para qué tanta prisa ni carreras entonces? Po pa qué va sé: pa que me dé tiempo a merendá antes de cená.
 También hemos echado de menos al capi Lololomas, que lleva un par de semanas sin salir por unas cosas y otras. Hoy me pareció que alguien comentaba que iba a salirnos al encuentro por Los Toruños, o al menos eso entendí. Al final no nos encontramos, pero si es así, buena señal: significa que ya está montando.
Como dije en el reportaje anterior, Lobatini apareció el jueves, pero tal como apareció desapareció. Más tarde nos lo cruzamos de frente y adiós muy buenas. Hasta la próxima. 
Juanma C. no ha salido ningún día, aunque apareció de uniforme en la salida para desearnos ventura, con una pizca de envidia en la libreta viendo tanta gente y él en tierra. Pues la semana que viene amenaza lluvia, así que a ver cuándo pedaleamos.
Por otra parte pensábamos que Fernando no saldría después del accidente y su maltrecha rodilla, pero allí apareció con su pierna dolorida. Y menos mal que le duele porque aun con la pierna mala nos lleva a todos en fila y ahogados. ¡Verás cuando no le duela y tenga la bici buena!
Pepe va teniendo buenas sensaciones y cada día va a mejor. Ya se va acercando a los puestos delanteros, disputa lo esprines, coge la rueda de Fernando y no se despega. ¡Niñatos vintiañeros... Temblad que uno de los más veteranos se está poniendo fino! ¡Y entonces os vais a enterar de lo que son unos pulmones! Ahora bien, lo que me tiene extrañado es que durante dos sábados consecutivos, el primero que ha llegado a las nueve ha sido él.
Para algunos (la mayoría, casi) los sábados se están convirtiendo en una ruta seudogastronómica. A las 9, cafelito para entrar en calor. A las 10,30 desayuno completito (como decía Riki: con to sus avíos). Y a la vuelta cerveza con unas racioncitas que llevarse a la boca. Dentro de nada el tiempo real de pedaleo (ojo: cronometrado) se equiparará al tiempo de bar. ¿Dónde quedaron esas rutas míticas de Torrecera, Paterna, el Valle, Lebrija, Medina, etc? ¿Y dónde aquellas jornadas de barritas, alfajores o algún dulce en la pastelería de turno? En fin serán cosas de la edad. Me imagino que es la evolución natural de cualquier ciclista. Todo no va a ser pedalear. Y es que el placer de deglutir aumenta paralelamente a la edad de los deportistas y es inversamente proporcional a la capacidad de sacrificio.

Y para terminar, el último reportaje de hoy se titula TO SE PEGA MENOS LO BONITO.
Esta mañana decidimos la ruta y por dónde íbamos a empezar: igual que el jueves, Serrallo, bajada al canal, viveros, puente de Cartuja, carril de servicio de la autopista, Pachecas y cementera. Allí doblaríamos a la derecha para dirigirnos hacia los Cocodrilos y Pto. Real. Paco se para en la gasolinera, frente a la estación, para echar aire. Le digo que vamos a seguir pero despacio hasta que se incorpore. Por el Serrallo, cuando veo que ya ha llegado hasta el grupo, acelero el ritmo. Nadie me sigue y continúo solo. Y así sigo, pensando que venían detrás, hasta llegar junto a la cementera, donde veo al grupo por delante y a Fernando esperándome. Le pregunto a Rafa V. que por dónde han cogido y me dice que por la carretera de servicio desde la rotonda de Cartuja. Y es que no hay nada más que tener un buen instructor para aprender de primera mano las enseñanzas de los sabios. Lobato, como algún avezado político, ha conseguido inculcar entre sus acólitos su teoría sobre los recortes. Mucho protestar, pero luego, quien más y quien menos termina imitando sus particulares lecciones y estrategias ciclistas. Hay quien podría tener justificación, pero ¿y los demás...? Como decían Los Borrachos: "Ay, Joselito, picha mía, quién te ha visto y quién te ve..."

11 de febrero de 2013

DESCANSEN EN PAZ

Este fin de semana pasado hemos vuelto a revivir la lacra de los atropellos a ciclistas.
Precisamente la empresa organizadora de la Vuelta a Andalucía sacaba el viernes pasado este comunicado. Y al día siguiente Edmundo y Placa intentaban convencerme de las "bondades" del ciclismo de carretera. No os lo discuto. Pero como dije en una entrada anterior, hay un riesgo añadido innecesario.
Leed esta noticia en andaluciainformacion.es y apreciareis la magnitud del atropello.

6 de febrero de 2013

CAMINOS QUE SE PERDIERON. II. ALREDEDORES DE JEREZ

Los caminos hacia la Sierra de San Cristóbal eran otras de las salidas tradicionales de Jerez. Había diferentes formas de acceder, pero hoy me referiré a la salida por la Hijuela de las Coles. Este camino tiene varios tramos que, por su interés, merecen ser ser rememorados aquí. Alguno de ellos ha sido modificado (urbanizado) y otros, debido a su escaso tránsito, han comenzado un progresivo deterioro que ha estado a punto de inutilizarlos.
Cruzando la Avda. Blas Infante junto al campo de la Juventud, atravesábamos toda la Hijuela de las Coles hasta llegar a la carretera que delimitaba esa zona de la ciudad (actual Avda. Puerta del Sur). Desde aquí la hijuela continuaba en forma de un amplio carril de subbase, con descampados a los lados y alguna antigua vaquería. Este tramo (en la actualidad Avda. del Reino Unido) está en proceso de urbanización, con nuevas viviendas, rotondas y viales. Continuando de frente (por la izquierda se continuaba hacia Desguaces Jaén) se subía una cuesta de tierra que llegaba hasta el Rancho S. Antonio, desde donde comenzaba una estrecha pero bonita bajada entre tunas (la Hijuela de La Campana) hasta la cañada del Carillo. Debido al uso de otras vías de acceso más cómodas y al inexistente tránsito por este tramo durante un tiempo, las tunas habían invadido el angosto sendero. 
Hasta que hace un par de años algunos nostálgicos comenzaron a cruzarlo de nuevo, ayudando a hacerlo transitable y recuperándolo para su uso ciclista. Aunque tiene surcos, piedras, resaltes y muchísimas hojas de tuna por el suelo, tenemos que continuar recorriéndolo para que la vegetación no lo haga infranqueable. 

Cruzando la cañada del Carrillo enfilábamos el tercer tramo de este camino, que llamábamos la subida de las Cuevas. Aun siendo de tierra se encontraba en unas condiciones que permitían la subida de vehículos, pero su pendiente y las fuertes lluvias se encargaron de ir estropeando el piso hasta llegar al estado que presenta en la actualidad: una auténtica trialera de subida, utilizada como vertedero y escombrera. Básicamente es utilizada como subida o bajada por los beteteros de la zona pero cada vez menos.
Otro camino del que nos hemos visto privados es el que se dirigía de Las Beatillas a la laguna Juncosa  (en el complejo endorreico de El Puerto). Nada más pasar la hacienda tomábamos a la derecha un camino pedregoso en forma de v invertida, entrando por un carril muy claro que transcurre junto a un bosquete de eucaliptos (justo al otro lado del bosquete está la trialerita que desemboca junto al canal, cerca del casino). 

Ese camino, al terminar el eucaliptal, tuerce a la derecha para cruzar la finca, pasar junto al cortijo, rodear la laguna Juncosa por el norte e incorporarse a la cañada de las lagunas de El Puerto. El carril todavía existe pero lo cerraron para el paso de bicicletas, quedando como alternativa la trialera y posterior carretera junto al canal, hasta llegar al cruce de las lagunas.
El tercer camino que dejamos de recorrer en los alrededores de Jerez y que traigo hoy al recuerdo es la subidita de la viña Las Puentes. Cruzábamos por encima la autovía y cogíamos la cañada del Carrillo en dirección contraria a la sierra de S. Cristóbal. En el cruce de caminos torcíamos a la derecha (hacia la carretera de Rota) por la cañada del Calderín. 
Cuando llegábamos a la carretera la atravesábamos y continuábamos de frente por un carril entre viñas que nos llevaba hasta la entrada de Las Puentes. 
Continuando por ahí enlazábamos con Los Labios y las lagunas. Una de las últimas veces que pasamos por ese carril estaba en muy mal estado por el abandono generalizado de las viñas y las preferencias de nuevos accesos más directos y cómodos.

1 de febrero de 2013

CAMINOS QUE SE PERDIERON. I. JEREZ

Al publicar la anterior foto de archivo me vino a la memoria el itinerario por el que regresábamos a Jerez ese día. Y me di cuenta que han sido varios los caminos que por una u otra razón hemos perdido para siempre. Los caminos, como los paisajes y las personas, no son inalterables sino que están vivos y van modificándose (algunas veces, hasta incluso mejoran). También es demasiado rotundo afirmar que se hayan perdido para siempre. ¿Quién sabe si alguna vez se recuperarán?
Situada al oeste de la ciudad, la salida hacia Rompecerones se hacía por las calles Merced, Dr. Luis Romero Palomo, Juan Puerto Aragón y Avda. del Azahar, ya en Picadueñas. Llegando a la altura de las últimas casas comenzaba una bajada pronunciada, todavía de asfalto, donde había que llevar cuidado porque podían salir coches de los lados. Un poco más adelante estaban a uno y otro lado los enlaces con la carretera general (antigua Nacional IV) y justo a continuación el túnel de la circunvalación. Desde aquí era ya carril, con mucho escombro de relleno apisonado y chumberas a los lados. A la izquierda había un centro hípico y a veces nos encontrábamos por el camino algunos jinetes con sus monturas. Más adelante se llegaba a lo que era propiamente el inicio de Rompecerones, allí justo donde se encharcaba siempre que caían dos gotas, obligando a pasar junto a los alambres. El túnel bajo la nacional desapareció, pero en Google Earth todavía se puede apreciar ligeramente el trazado del sendero al que me refiero, en línea con la bajada de la Avda. del Azahar, bastante abandonado, cubierto de hierbas e incluso con alguna chumbera, pero sin ninguna posibilidad de conexión desde que existe la nueva circunvalación.
Cuando finalizábamos por aquí mismo poníamos de guinda la subida de Avda. del Azahar, con suma precaución porque lo hacíamos en contramano: tenía guasa venir subiendo a plato chico y encontrarte coches aparcados a un lado y otros circulando de frente con el espacio justo y pitándote. Pero lo mejor era la "versión trialerita". En el descampado que había junto a la carretera existía un senderito que pasaba bajo un enorme cartel publicitario y subía en diagonal hasta la parte trasera de los jardines del zoológico. Por allí se podía ver una casa en ruinas, palmeras y otros árboles, y tras pasar unos escalones y cruzar unos antiguos jardines, terminábamos junto a la barriada de Picadueñas.
Otro camino para el recuerdo es la cuesta de la Moronta. Debido a su pendiente, al deterioro que ha sufrido tras las fuertes lluvias y al abandono de las autoridades competentes, hemos perdido otra guinda de regreso a Jerez. Situada al este de la ciudad, para llegar allí se pasaba delante del Club Nazaret y se seguía de frente por esa calle que aún no tiene nombre, delante de Montesierra, entre Montealegre Bajo y Montealegre Alto. Con parcelas agrícolas a los lados, el asfalto se volvía hormigón hasta llegar a una finca con una gran nave, desde donde el camino era ya de tierra y comenzaba la bajada pronunciada hasta el canal, bordeada de frondosas acacias de pinchos. Al estar siempre muy surcada esa bajada, era necesario llevar cuidado de no meter la rueda por un sitio inapropiado y terminar magullados.
De vuelta, si quedaban fuerzas, el cuidado era no pillar los pinchos, ni los surcos ni las piedras sueltas, todo un derroche de habilidad para conseguir subirla. Pero arriba esperaba el merecido desahogo para las piernas en forma de suave descenso, dejándote llevar sin dar pedales hasta el agrupamiento. En la actualidad se encuentra en un estado de inaccesibilidad e intransitabilidad contundentes, existiendo grietas donde incluso cabría una persona en pie. La alternativa es desde entonces la Cuesta del Caracol (en La Teja) y el carril del canal hasta llegar al pie de la Moronta.
Como suele ocurrir, nos hacen poca gracia determinados tramos del camino, por su dificultad o por nuestra torpeza. Pero cuando los perdemos y al tiempo los recordamos, lo hacemos con nostalgia, deseando que existiese la posibilidad de recorrerlos aunque fuera sólo una última vez.

FOTOS DE ARCHIVO. I

(Publicado en Diario de Jerez, el 30 de enero de 2002)
Lauren haciendo de las suyas, pa no aburrirse mientras llegaban los demás, después de regresar por el antiguo camino de Rompecerones (hoy ya no existe) que pasaba bajo un túnel de la circunvalación y junto a un rancho de caballos.