PURITO: TODO UN SEÑOR

Quienes vierais ayer la etapa de la Vuelta pudisteis comprobar la estirpe de campeón del pinteño: inconformista siempre, peleón, con mucha rabia e infinita generosidad en su esfuerzo. Tantas ganas tenía que no pudo evitar la emoción a la llegada y en el podium. Es una enorme satisfacción ser español y disfrutar de compatriotas como él en plena competición.

Pero lo que me llenó de admiración fueron las declaraciones de Purito a su llegada a meta. Cuando todo el mundo pensaba que estaría completamente derrotado tras el varapalo sufrido, cuando todos imáginábamos su decepción por el tiempo perdido y lo que eso suponía, con ganas de desaparecer o de decir "Tierra, trágame", apareció ante las cámaras con un humor y entereza inigualables, manifestando unas declaraciones con las que demostró la enorme calidad humana que posee. No sólo ecajaba el golpe como parte del juego sino que reconocía y elogiaba el logro de sus oponentes con la mayor naturalidad posible, sin perder la sonrisa en ningún momento.

Contador ha sido el encargado de mantener nuestro entusiasmo y emoción durante toda la carrera. Hay que reconocérselo. Pero la verdadera lección la impartió ayer Joaquín Rodríguez, con su saber estar, a las duras y a las maduras, sabiendo sobreponerse a la derrota, sin el menor resentimiento hacia sus oponentes (al contrario: fue capaz de reconocer el mérito que habían tenido). Todo un ejemplo de deportividad ante la que no puedo evitar "quitarme el sombrero". Desde aquí mi reconocimiento. Desde hoy cuenta con un incondicional más.