Hace un par de años año comenzábamos por estas mismas fechas la
temporada matutina estival. Llegados estos días en los que el sol hostiga intensamente, tener la oportunidad de salir en bici a tempranas horas de la mañana es un privilegio que conviene aprovechar. En ese periodo de tiempo en el que la ciudad se está desperezando, el viento y el calor no existen y el aire fresco que acaricia el rostro se transforma en una agradable sensación que estimula al cuerpo a reaccionar de forma favorable al ejercicio. A ritmo de vacaciones nos dirigíamos a Jédula, Sanlúcar o La Barca donde desayunábamos a una hora razonable para regresar con tiempo suficiente como para poder ir al mercado o a la playa. Hoy hemos reanudado ese horario, pero faltaba uno de los promotores: el otro LoLo cojo.
Rafa L. y Antonio forman un tandem inseparable. Tomando como excusa el pedaleo, se pusieron a investigar el entramado reticular de carriles, senderos, vereas e hijuelas en los alrededores de Jerez, fundando uno de los clubes más notorios y célebres de Andalucía y creando una escuela deportiva que ha logrado unos extraordinarios resultados en competiciones internacionales (algún corredor que ha subido al podio en la reciente vuelta al país galo se formó en las categorías base de ese equipo). Han hecho célebre y universal su lema Voy palante despacito y hasta incluso llegaron a publicar el libro De venta en venta. Ingresar como miembro de pleno derecho en ese notable grupo suponía una difícil tarea plagada de exigencias y trabas. Con unas condiciones muy rigurosas para acceder a ese selecto círculo, son muchos los que están en lista de espera (que a veces se demora durante años) y más aún los que han sido descartados para su ingreso. A su favor juega sin duda el paso del tiempo, que lleva a los mas engreídos a terminar suplicándoles un hueco, porque los años y las lesiones no pasan el balde.
Pero claro, el tiempo pasa para todos, hasta para ellos. De manera que los meniscos deteriorados por el uso continuado han obligado a uno de los fundadores a interrumpir su impecable trayectoria deportiva, paliando su dinamismo y garra con actividades paralelas de infraestructura y apoyo al club. No es difícil pronosticar que mucho tendrá que ver con la organización de la I Ruta del Cid y su participación en calidad de Relaciones Públicas, director del transporte logístico, con funciones de enlace y seguimiento, catador y aprobador del menú diario de los participantes, reponsable de alojamientos, o más simplemente a pie de carretera como proveedor de las aguaeras.
Su camarada se ha visto así apremiado a buscar nuevo acompañante, para no detener sus entrenamientos y poder continuar con su progresión deportiva, encontrándolo en la persona de otro ilustre del ciclismo local: Francis, que al igual que el sustituido, puede presumir de gran animador del pelotón, pero con un poco menos de pericia a la hora de resolver cualquier incidente mecánico (no le vendrían mal unas horitas de taller). Si algo lo caracteriza es su predisposición a no hablar de sus méritos y su impasible serenidad cuando se producen escarceos entre el pelotón.
Con un poco de sueño recuperable y dándole tiempo a los bares para que estuvieran abiertos a nuestra llegada, hemos estrenado la temporada veraniega con buen ambiente.