COLECTIVA DE BTT EN JEREZ

Más de ochenta ciclistas hemos acudido hoy a la convocatoria que Juan V. hizo desde el C.C. Jerez para realizar una salida colectiva que aglutinara a los diversos aficionados, grupos y clubes de BTT que se mueven por nuestra localidad. La idea era hacer Jerez - Trebujena - Jerez, recorriendo 70-80 kms. en unas 3-4 horas. Y allí estábamos un nutrido pelotón de amigos y conocidos, dispuestos a participar y disfrutar de la marcha.
Poco después de salir de Chapín, un compañero tiene problemas con la rueda y nos quedamos dos con él. Por teléfono nos dicen que van subiendo las Mesas de Santa Rosa. Por lo que decidimos tirar por carretera para encontrarnos poco más adelante de la Panzaburra (Berango). Luego hacemos un tramo por carretera, hasta subir Capita y enfilar las marismas con dirección a Trebujena. Por el camino vamos saludando a unos, conversando con otros y haciendo algunas fotos, hasta llegar a Trebujena casi sin darnos cuenta. Nos hacemos la foto de grupo de rigor en la plaza del pueblo, para que se nos vea. La mayoría aprovecha para comerse sus provisiones, pero Antonio, fiel a su estilo, tiene que parar a desayunar. Continuando para Jerez, Lobato nos comunica que está con Diego y se van a unir al pelotón a la altura de Mesas de Asta. Allí, tras un reagrupamiento, damos una curiosa vuelta subiendo la cuesta de los caballos, para incorporarnos al carril del yacimiento arqueológico. Como la cancela del cortijo está cerrada, nos obliga a parar, pasar las bicis y saltar. Por encima nuestra aparecen dos chavales dándonos voces (el hijo del guarda, seguro, y el amigacho), hasta tal punto que a los que se quedan atrasados comienzan a tirarles piedras (¡Qué simpaticos los nenes!). Seguimos hacia los cortijos de Pozuela y el Barrosillo. Luego continuamos con dirección al cruce de la cañada de Tabajete y la viña Santa Petronila, llegando a la carretera de El Calvario. Aquí se despide una importante parte del pelotón, que continúan por carretera hacia Jerez. Los demás tomamos por la Hijuela de Cantarranas hasta enlazar con la de Rompecerones, buscando luego terminar por los silos y la carretera vieja de El Calvario.
A lo largo del recorrido, algunos de los que inicialmente componían el grupo fueron retirándose, calculando lo que quedaba, sus propias posibilidades y fuerzas, o por otros motivos. A pesar de eso ha sido una jornada sin carreras ni piques, a un ritmo adecuado para que un pelotón tan numeroso no se retrasara considerablemente, con algún que otro enganchón y caída, y en un ambiente que propiciaba la camaradería y la conversación. Por lo que hay que agraceder desde estas líneas a quienes han colaborado tanto en la idea como en la organización y desarrollo de esta marcha, esperando que sea ésta la primera de otras rutas colectivas, puesto que somos muchos los que, de manera individual o en grupo, practicamos este deporte en Jerez.