Con Gibalbín al fondo
Salimos quince en una segunda
aproximación a Lebrija, pero ahora en sentido inverso al que hicieron
los compañeros del equipo LoLo. El pelotón para en El Cuervo a
desayunar, y mientras continúo por Los Tollos buscando la conexión. Una
vez encontrada vuelvo hasta reencontrame con los demás a la altura de la
laguna. Cinco se han vuelto para Jerez, otros dos se vuelven desde
aquí, y el resto, ocho, continuamos hacia Lebrija.
Pasamos
por campos de adormideras, nos cruzamos con jinetes en romería, y
algunos que otros ciclistas, hasta llegar a Lebrija. Antonio nos dirige
al castillo (a los restos de murallas del castillo, mejor), desde donde
hay unas magníficas vistas. Desde allí orientamos el camino de regreso.
Nos cuesta poco trabajo encontrarlo y, tras una larga recta que más
parece una pista de aterrizaje que una vía pecuaria, alcanzamos uno de
los caminos de servicio que están haciendo junto a las nuevas vías del
AVE. Por las marismas enlazamos con otra pista que ya conocíamos de
veces anteriores. Nos encontramos a ambos lados unos grupos de buitres
posados, dándose un festín de ganado muerto, y otros muchos más
sobrevolándonos. Alcanzamos el cortijo Capita, terminando por la
carretera de Morabita y llegando a Jerez con 102 k.
Y eso que me dejó tirao mi pupílo, me dejo solo con los Uci-protur, espero que no vuelva a ocurrir.
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