16 de febrero de 2013

INFORME SEMANAL

Buenas noches.
El primer reportaje de hoy se titula CICLODIVERSIDAD. La Ciclodiversidad hace referencia a la amplia variedad de ciclistas que se mueven por toda clase de vías, así como la variedad de bicicletas de todo tipo y las diferencias entre ellas, lo que permite la combinación de múltiples formas de pedaleo y que supone una abundante interacción con los demás usarios de bicicleta y con el territorio en el que se mueven.
(Noria de El Almendral o de Goyena, antiguo pozo del s. XVIII, que contaba en su origen con una noria para recoger el agua. La singularidad del edificio lo constituyen sus muros y contrafuertes de mampostería de piedra ostionera, que lo convierten en único de esas características en Andalucía. Formaba parte de la red de abastecimiento de agua de la población constituida por la Caja de Aguas, las torrecillas y los pozos de Malas Noches, que se pueden encontrar en los alrededores, junto a restos de un posible acueducto y distintas estructuras).
Así estos últimos días hemos sido testigos de una situación que se va consolidando semana tras semana como es el hecho de que salimos más compañeros entre semana que el mismísimo sábado o domingo, que son los días preferidos habitualmente para hacer deporte. Martes y jueves, hasta diecisiete, mientras que hoy no hemos pasado de diez. Sería entretenido buscar las razones de eso, pero ahora nos vamos a limitar a una: la congregación para rodar juntos determinados días de componentes de distintos grupos, bien por amistad, por simpatía o simplemente por conveniencia. Es frecuente que martes o jueves salgamos con compañeros del MTBV (Manolo, Fernando, Juan, Tomás), otros ocasionales (hermano de Juanma C., Jesús P., Julio, Adri), independientes (Pete, Isaac) o amigos de unos u otros (últimamente, el primo de Joaquín, por ejemplo). El jueves rodamos un tiempo junto a un grupo de los Todobike (Paco y amigos/as) y hoy mismo nos hemos encontrado por los carriles de Frías con algunos MTBVs (Manolo M., Juan Ramón, Luis, Matu y David), con los que hemos hecho prácticamente la ruta entera. Volviendo del barrio Jarana hacia Pto. Real y luego por los alrededores de El Puerto, Matu y compañía nos han enseñado unos senderos, nuevos para nosotros y preciosos para la práctica de BTT. Muchas gracias por compartirlos y esperarnos en varias ocasiones.
(Gruta de la virgen de Lourdes, en el parque de Las Canteras. Pto. Real)
Por los carriles y carreteras,  muchísimas bicicletas. Precisamente esa diversidad entre grupos, además de dar colorido a los caminos, es muy enriquecedora para todos. La posibilidad de compartir experiencias, senderos, conversaciones, risas y, la mayoría de las veces, esfuerzos y sudores mientras pedaleamos, hacen de este deporte una actividad altamente satisfactoria.
Por otra parte está la diversidad de bicicletas. No sólo ya marcas, modelos, colores y componentes personalizados, sino rígidas o dobles. Ahora además estamos en una época de transición de las ruedas de 26 a las de 29 pulgadas. Cada vez vemos más 29s y todo son elogios. Ni una pega. Y no sería extraño que dentro de nada convivan esas anteriores con las de 27,5. El pasado jueves apareció el mismo Lobato para presentar en sociedad su nueva Giant, con lo que abandona su cómoda 26 doble por una moderna 29: renovarse o morir.

El siguiente reportaje es PINCELADAS DE UNA SEMANA QUE TERMINA.
Esta semana hemos disfrutado de unas magníficas tardes por luz y temperatura. Algunos han salido ya con culotes y maillots cortos. Sólo a la puesta de sol empezaba a notarse el frío. En cambio hoy no ha levantado la niebla en toda la mañana y allí íbamos, locos por un rayito de sol. Los carriles, estupendos. Dentro de nada echaremos en falta un buen chaparrón.
Se va notando que oscurece más tarde, lo cual provoca una relajación consentida a la hora de la salida, tanto entre semana como los sábados. La hora de arrancar no es ya las 16,30. No. Esa es la hora de quedar. Luego, diez o quince minutos de cortesía, saludos y tertulia. Y más tarde el paseíto por las calles de la localidad, como si de una visita turística se tratase. A pesar de todo, da tiempo sobrado a llegar con luz del día. ¿Para qué tanta prisa ni carreras entonces? Po pa qué va sé: pa que me dé tiempo a merendá antes de cená.
 También hemos echado de menos al capi Lololomas, que lleva un par de semanas sin salir por unas cosas y otras. Hoy me pareció que alguien comentaba que iba a salirnos al encuentro por Los Toruños, o al menos eso entendí. Al final no nos encontramos, pero si es así, buena señal: significa que ya está montando.
Como dije en el reportaje anterior, Lobatini apareció el jueves, pero tal como apareció desapareció. Más tarde nos lo cruzamos de frente y adiós muy buenas. Hasta la próxima. 
Juanma C. no ha salido ningún día, aunque apareció de uniforme en la salida para desearnos ventura, con una pizca de envidia en la libreta viendo tanta gente y él en tierra. Pues la semana que viene amenaza lluvia, así que a ver cuándo pedaleamos.
Por otra parte pensábamos que Fernando no saldría después del accidente y su maltrecha rodilla, pero allí apareció con su pierna dolorida. Y menos mal que le duele porque aun con la pierna mala nos lleva a todos en fila y ahogados. ¡Verás cuando no le duela y tenga la bici buena!
Pepe va teniendo buenas sensaciones y cada día va a mejor. Ya se va acercando a los puestos delanteros, disputa lo esprines, coge la rueda de Fernando y no se despega. ¡Niñatos vintiañeros... Temblad que uno de los más veteranos se está poniendo fino! ¡Y entonces os vais a enterar de lo que son unos pulmones! Ahora bien, lo que me tiene extrañado es que durante dos sábados consecutivos, el primero que ha llegado a las nueve ha sido él.
Para algunos (la mayoría, casi) los sábados se están convirtiendo en una ruta seudogastronómica. A las 9, cafelito para entrar en calor. A las 10,30 desayuno completito (como decía Riki: con to sus avíos). Y a la vuelta cerveza con unas racioncitas que llevarse a la boca. Dentro de nada el tiempo real de pedaleo (ojo: cronometrado) se equiparará al tiempo de bar. ¿Dónde quedaron esas rutas míticas de Torrecera, Paterna, el Valle, Lebrija, Medina, etc? ¿Y dónde aquellas jornadas de barritas, alfajores o algún dulce en la pastelería de turno? En fin serán cosas de la edad. Me imagino que es la evolución natural de cualquier ciclista. Todo no va a ser pedalear. Y es que el placer de deglutir aumenta paralelamente a la edad de los deportistas y es inversamente proporcional a la capacidad de sacrificio.

Y para terminar, el último reportaje de hoy se titula TO SE PEGA MENOS LO BONITO.
Esta mañana decidimos la ruta y por dónde íbamos a empezar: igual que el jueves, Serrallo, bajada al canal, viveros, puente de Cartuja, carril de servicio de la autopista, Pachecas y cementera. Allí doblaríamos a la derecha para dirigirnos hacia los Cocodrilos y Pto. Real. Paco se para en la gasolinera, frente a la estación, para echar aire. Le digo que vamos a seguir pero despacio hasta que se incorpore. Por el Serrallo, cuando veo que ya ha llegado hasta el grupo, acelero el ritmo. Nadie me sigue y continúo solo. Y así sigo, pensando que venían detrás, hasta llegar junto a la cementera, donde veo al grupo por delante y a Fernando esperándome. Le pregunto a Rafa V. que por dónde han cogido y me dice que por la carretera de servicio desde la rotonda de Cartuja. Y es que no hay nada más que tener un buen instructor para aprender de primera mano las enseñanzas de los sabios. Lobato, como algún avezado político, ha conseguido inculcar entre sus acólitos su teoría sobre los recortes. Mucho protestar, pero luego, quien más y quien menos termina imitando sus particulares lecciones y estrategias ciclistas. Hay quien podría tener justificación, pero ¿y los demás...? Como decían Los Borrachos: "Ay, Joselito, picha mía, quién te ha visto y quién te ve..."

1 comentario:

  1. A propósito de la ciclodiversidad, es cierto, Angelmari, que el libro de los gustos está en blanco y que, por ello, hay o habemos varios que aparecemos y desaparecemos.
    Podría decirse que constituimos el grupo "Guadiana Bike", es decir, el de los que se apuntan a aquellas rutas que tienen algo de peculiar. Es mi caso. No debe entenderse tanto como un flagrante caso de infidelidad bikera, sino como una apología de que "en la variedad está el gusto".
    Contra lo que podría esperarse de alguien que, como yo, ya ha cumplido unos generosos años, me reservo para las rutas que me aporten experiencias y paisajes nuevos. Es el caso, hace un par de fines de semana, con la de la Sierra de las Neves con los Metemolopeor, o el de hoy mismo con el Alcornocalazo de Ginés. Otras veces he compartido pedaladas con los Todobike, con los Culiblancos de Villamartín, con los Asodenos de La Barca, con los barreños, con los Andalbike y UCA de Algeciras y un largo etc. Y es que todos los grupos tienen su encanto. Todos aportan cosas interesantes.
    Por mi parte, organizo varias rutas al cabo del año con las que también aportar y no solo beneficiarme de las aportaciones de otros (por cierto, el 6 de abril, la de Cazalla y Constantina).
    Por cierto, la de Ginés, hoy, ha sido otra clara demostración de la ciclodiversidad. Una ruta, que, por lo que me ha contado mi hijo, ha sido lo siguiente a una Odisea. Y es que los estados de forma, intereses, motivaciones y resto de circunstancias son diferentes. Son diversas, claro.
    Ha habido varios grupos: uno en el que optamos por llegar a "la Bola de los militares", que es el observatorio (E.V.O.) que está allí arriba, colgado del mismísimo cielo y custodiado por unos soldados celosísimos en el cumplimiento del deber (su deber). Otros optaron por hacer (o intentar) la ruta de 80 km. Y otros por la de los 100 km. (¡ojú!)
    Además, alguno con la bici averiada y otros, averiados ellos mismos, se volvieron y aparecieron al cabo del Dios te salve en Puerto Gáliz, donde a su vez encontraron a otro (Carlos C.) que había aparecido en el Mojón de la Vívora, o sea, todos ellos en las antípodas de donde habían dejado los coches (Peguera). Los demás aún no están cuando ya atardece... aunque se les espera.
    En resumen, que por este deporte, afortunadamente, desfilamos lo más variado de la fauna humana. Y, debe ser verdad, repito, lo de que en la variedad está el gusto, porque sigue siendo un gustazo seguir practicándolo. Y con cuanta más gente, mejor.

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