9 de febrero de 2014

LA TERTULIA

Como no podía ser de otra forma, la tertulia ciclista de este fin de semana fue en el supermercado.
Allí coincidimos varios componentes de la agrupación "Los jartibles del pedal". Entre el pasillo del fuagrás y los detergentes, nos resignamos a lo que el tiempo nos vaya queriendo dar, recordando las escaramuzas de la última salida larga. Varias generaciones y cada una reivindicando lo suyo: que si te di poco en la cuesta, que si mi amortiguación está ahora para lo que le echen, que si yo salí ayer en una clarita, que si no respetais la edad ni los galones... Los jóvenes codician los maquinones de los que manejan pasta. Los que manejan pasta ansían el tiempo libre de quienes no tienen que trabajar. Y los más viejos envidian la salud y fortaleza de los jóvenes. ¡No hay quien los entienda! ¡Mira que es fácil disfrutar cada uno con lo que tiene!
Lo cierto y verdad es que el invierno está siendo lluvioso. (¡To lo que no llovió en otoño!) A final de año empezamos a pasar un poquito de frío, pero recuerdo que las mangas cortas las tuve casi hasta diciembre. Era justo y necesario que luego viniesen las aguas. Y menos mal, porque siempre son bienvenidas. A pesar de todo alguno ya está carraspeando con tanta lluvia. Siempre queda la alternativa de la Morabita. O el rodillo (quien lo tenga). O, como dice Fernando, esperar a la primavera, que está al llegar.
Y... como yo entiendo mucho de primaveras porque me he llevao TREINTA AÑOS contando los días que faltaban hasta el veintiuno de marzo, porque con ese cambio de estación era cuando empezaba a dolerme el estómago, me salían los sarpullíos en los brazos, los estornudos de las alergias, y las ronchas de las procesionarias... A lo que iba. Como una gran parte de mi vida la he pasado observando la naturaleza, y con la que está cayendo, puedo asegurar y aseguro que esta primavera va a ser esplendorosa: una explosión de colores y sensaciones que conviene disfrutar. Cada uno que lo haga como quiera, pero a nada que se sequen un poco los carriles y hasta que lleguen las calores, habrá que aprovechar para dar palitos en las cuestas (parriba o pabajo), sacarle todo el jugo a las amortiguaciones, salir en bici hasta para ir al trabajo y no respetar ni las canas.
Me gusta hablar de bicicletas, por supuesto, pero por encima de eso montar en bicicleta. Me gustan las tertulias de batallitas, pero sobre todo participar en ellas. Me gusta pensar y preparar rutas, pero más que nada realizarlas. La bici y un nuevo camino por delante son un precioso regalo que algunos afortunados podrán disfrutar dentro de poco. La naturaleza pone el resto.

1 comentario:

  1. Pues sí, al igual que a falta de pan buenas son las tortas, cuando no nos queremos mojar no hay como darle a la "mojá". Y no está todo perdido, ¡qué va!. Me explico:
    Resulta que unas interesantes y recientes investigaciones vienen a demostrar que cuando pensamos en algo (pongamos por ejemplo en pedalear) se activa una parte del cerebro (de aquellos que puedan presumir de tenerlo) que hace como si en realidad se estuviese pedalando, de manera que hasta se consume una cantidad de energía considerable. Y es verdad. ¿Quién no se ha levantado alguna vez con agujetas y/o calambres luego de ver una emocionante etapa de montaña del Tour de Francia, aunque no se haya levantado de la mecedora?.
    En consecuencia, montar esas tertulias es una interesante forma de hacer la pretemporada en esta época del año en la que hay más ciclogénesis explosivas que botellines de Cruzcampo. "Argo es argo".
    Condió.

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