Esta mañana hemos
dado una vueltecita por el cortijo Guerra para salir al Meadero de la Reina
(preludio de lo que sucedería más tarde) para desayunar (¡faltaría
más!) en la Venta El Paquete y regresar por Bolaños. Y todo por hacer posible
que José María se hartara (o quizá no)
de echar fotos y por hacer tiempo para un par de postreras cervezas en La Teja,
donde se come mucho y barato, como en el pueblo, según Joaquín.