Todos esperándolo en el control de firmas, pero no apareció. Perico aquella vez llegó tarde a la salida, pero llegó. Al menos una llamada, un "para dónde vais". Pero nada. Una ruta diseñada a su medida, un ritmo que más que de tertulia era de paseo. Pero tampoco. Es posible que el veterano corredor del equipo LOLO (Lomas-Lobato) no tomase la salida a causa del estado de su rodilla. O tal vez estuviera descansando de los fuertes entrenamientos de pretemporada (almuerzos, cenas, zambombas, barbacoas). O quizás preparando la "contrareloj" de esta medianoche.
A pesar de todo, el resto del equipo tomó la salida con un frío que congelaba hasta las ganas: ocho de los habituales más Rafita y Carlos, que se incorpora los sábados, al menos por ahora. Andrés marca el recorrido: a El Cuervo, por El Cuadrejón, entrando por los canales junto al aeropuerto. Tan sólo asomarnos al carril del canal vemos unas enormes roderas frescas con pinta sospechosa. Tras valorar la situación optamos por tomar el antiguo camino que pasaba por el apeadero de La Parra. A cada momento se iba estrechando más la pista hasta que desapareció. Continuamos pedaleando sobre las hierbas junto a la vía, llegando incluso a saludarnos el tren con dirección a Sevilla. Finalmente se acabó toda posibilidad de transitar por donde marchábamos. Cruzamos la vía y tomamos una nuevo carril que nos llevaría hasta enlazar con el túnel de los eucaliptos, más allá de El Cuadrejón, por el lado izquierdo de la autopista: un tramo nuevo, muy interesante, que se convierte en otra variante a tener en cuenta a partir de ahora. Por aquí nos encontramos con un grupo de ciclistas que marchaban con dirección a Los Tollos y otro de los Todobike. En el pueblo se despide Carlos, pues pretende llegar pronto a Jerez.
Después de las tostadas de pan de El Cuervo (con aceite pero sin tomate) y los churros (recomendados como especialidad en la guía Miguelín), nos pusimos de nuevo en marcha. Tanto la entrada como la salida del pueblo la hicimos por calles que pertenecen a Jerez. El bar me parece que pertenece a Sevilla (y por eso lo del tomate). Andrés nos había avisado: "Hay un tramo que es campo a través". Pero no hubo mayor dificultad ni problema. Enlazamos un sendero con otro, un carril con otro, con Trebujena al fondo, hasta llegar a Capita. Y de ahí a la carretera de Morabita. A la altura de la Panzaburra volvimos a adelantar al grupo que ya nos habíamos cruzado antes (y que también paró a desayunar en el mismo bar), llegando a Jerez más o menos todos juntos.
Sesenta y tres kilómetros de senderos soleados, sin carreritas ni cuestas, que se perdió "el Loma". El año que viene seguimos.
A pesar de todo, el resto del equipo tomó la salida con un frío que congelaba hasta las ganas: ocho de los habituales más Rafita y Carlos, que se incorpora los sábados, al menos por ahora. Andrés marca el recorrido: a El Cuervo, por El Cuadrejón, entrando por los canales junto al aeropuerto. Tan sólo asomarnos al carril del canal vemos unas enormes roderas frescas con pinta sospechosa. Tras valorar la situación optamos por tomar el antiguo camino que pasaba por el apeadero de La Parra. A cada momento se iba estrechando más la pista hasta que desapareció. Continuamos pedaleando sobre las hierbas junto a la vía, llegando incluso a saludarnos el tren con dirección a Sevilla. Finalmente se acabó toda posibilidad de transitar por donde marchábamos. Cruzamos la vía y tomamos una nuevo carril que nos llevaría hasta enlazar con el túnel de los eucaliptos, más allá de El Cuadrejón, por el lado izquierdo de la autopista: un tramo nuevo, muy interesante, que se convierte en otra variante a tener en cuenta a partir de ahora. Por aquí nos encontramos con un grupo de ciclistas que marchaban con dirección a Los Tollos y otro de los Todobike. En el pueblo se despide Carlos, pues pretende llegar pronto a Jerez.
Después de las tostadas de pan de El Cuervo (con aceite pero sin tomate) y los churros (recomendados como especialidad en la guía Miguelín), nos pusimos de nuevo en marcha. Tanto la entrada como la salida del pueblo la hicimos por calles que pertenecen a Jerez. El bar me parece que pertenece a Sevilla (y por eso lo del tomate). Andrés nos había avisado: "Hay un tramo que es campo a través". Pero no hubo mayor dificultad ni problema. Enlazamos un sendero con otro, un carril con otro, con Trebujena al fondo, hasta llegar a Capita. Y de ahí a la carretera de Morabita. A la altura de la Panzaburra volvimos a adelantar al grupo que ya nos habíamos cruzado antes (y que también paró a desayunar en el mismo bar), llegando a Jerez más o menos todos juntos.
Sesenta y tres kilómetros de senderos soleados, sin carreritas ni cuestas, que se perdió "el Loma". El año que viene seguimos.
EL PROBLEMA DEL LOMAS ES QUE HA LLEGADO A FINAL DE AÑO CON LA GASOLINA JUSTITA, VAMOS QUE SE HA QUEDADO SIN GAS...... Y ES QUE LOS AÑOS NO PERDONAN. EN CUANTO A LOS CHURROS !EXQUISITOS! HABRA QUE REPETIR MAS VECES ESTA RUTA SOLO POR LOS CHURROS.
ResponderEliminarSE ME OLVIDABA MENCIONAR QUE TODO LO CONTRARIO A RAFAE, CORTACAMINOS LOBATO HA HECHO UN FINAL DE AÑO ESPLENDIDO, TERMINANDO LAS ULTIMAS RUTAS Y CON MAS ESPIRITU QUE NUNCA. ESPEREMOS QUE LE DURE TO EL AÑO.
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