6 de diciembre de 2011

A PROPÓSITO DE LA FAUNA CICLISTA

Últimamente se está oyendo hablar con frecuencia de ciertas aves en clara alusión y mofa hacia determinadas formas de entender el ciclismo. Según parece sólamente existe un modelo de montar y rodar en bici, único y verdadero, y todo aquel que no sepa, pueda o quiera seguir dicho modelo será tildado de ignorante (el que no sepa), incapaz (el que no pueda) o cobarde (el que no quiera). Y de ahí lo de gallinas.
Pero, igual que la naturaleza (y la fauna, por tanto) es diversa, admitiendo que la verdad no es exclusiva y que se puede llegar a una meta desde distintos puntos de partida y de variadas maneras, así debemos considerar otras especies animales, comparando los que suponemos son algunos de sus rasgos distintivos con las actitudes que se suelen manifestar en la práctica de la BTT y del ciclismo en general.
Están los pollos y gallitos, que llegan nuevos a un grupo pretendiendo ser los más fuertes del pelotón, creyendo que la juventud por sí misma es sinónimo de poderío, y desconociendo que siempre existe alguien más fuerte que ellos. Presumen de saber más que todos los veteranos juntos pero ignoran cuánto les queda para alcanzar la edad de aquellos en condiciones de montar en bici.
Hay también zorros, que con su aspecto de inofensivos, tratan de pasar desapercibidos, sin dar abiertamente batalla y procurando obtener algún beneficio de ello. Dentro del pelotón no se notan porque son silenciosos y astutos. Van bien parapetados tras las bicis de los demás. No se asoman para nada. Si se salen del trazado es únicamente para esquivar un bache y ponerse de nuevo a rueda. Son los primeros en darse cuenta de lo que va a pasar y aprovechan la más mínima ocasión para sacar ventaja.
Especie característica son los buitres, quienes parecen estar al acecho permanentemente de la debilidad ajena. Se denomina así a los que se nutren de los despojos de los demás. Cuando aquellos muestran cualquier error, el menor síntoma de agotamiento o cuando el final está muy próximo, sacan a relucir sus fuerzas (por lo general intactas) para marcharse solos o esprintar en la llegada.
También encontramos a los mulos. Suelen estar muy fuertes y andar muy bien. Se defienden en cualquier tipo de terreno. Su enorme fuerza física hace que les resulte innecesario cualquier otro tipo de estrategia. Si algún día no se encuentran especialmente finos o algún terreno se les atasca, suelen disimularlo a base de pundonor. Pero también manifiestan una enorme capacidad de convicción en sus propia obstinación, mostrándose tozudos y tercos.
Los guarros y marranos son fáciles de reconocer: van dejando detrás una cantidad de residuos y basuras (cámaras, sobrecitos de glucosa, envoltorios, etc), sin tan siquiera plantearse su actitud y sin el menor atisbo de estar haciendo algo inadecuado. Sus bolsillos sirven sólo para la ida, porque las cámaras pinchadas pesan y los envoltorios abiertos manchan.
Otra especie a mencionar son los borregos. Se trata de un conjunto de animales que encuentran en el rebaño su sitio, porque fuera de ahí se sienten perdidos. No es que sigan a un individuo dominante, al jefe del rebaño, sino que se dejan llevar: marchan detrás, como por inercia. No son dóciles, son simplemente amorfos. Van.
Las cabras tienen la peculiaridad de que suben, bajan y pasan por cualquier lado, con la mayor sencillez y sin temor ninguno. No existe el riesgo, sino una forma más rápida y directa de llegar. Donde se encuentran más a gusto es en el monte y no hay nada mejor que una buena trialera.
También encontramos algunos loros: son esos que hablan y hablan sin parar, pero no dicen nada. No cuentan nada nuevo, ni simpático, ni interesante. Se limitan a repetir una y otra vez lo mismo. Terminan siendo monótonos y aburridos.
Aunque del perro se diga que es el animal más fiel, cuando se usa en estos foros es para mostrar sus peores cualidades: gruñen y protestan; no saben compartir; no se acuerdan de las veces que les ayudaron y van a lo suyo; no ayudan; no colaboran; no avisan de los obstaculos; no dan un relevo; no esperan.
A menudo utilizamos estos términos como parte del argot ciclista (lo curioso es que siempre los pensamos para los demás, nunca para uno mismo), pero no cabe duda que son más frecuentes en la rutina diaria, donde la lista de especies es aún más rica (pavo, mosquita muerta, víbora, besugo, araña manca, rata, etc) olvidando siempre otras muchas cualidades que sin duda posee dicha fauna.

2 comentarios:

  1. Buen repaso el que le has dado al pelotón, Angel, ya que a cada animal mentalmente le pongo la cara de uno de los nuestros y que por educación me callo.....ja-ja-ja, De todas formas creo que el animal con el que más se identifica el grupo pertenece al reino de las gallináceas ! co co co co co co !

    ResponderEliminar
  2. angelmari buenisimo!!!te sales!!jajaja ahora como dice diego empiezo a ponerles caras a los compañeros!!aunque algunos son dos o tres animales a la vez!!loro, gallitos y perro!!mejor me callo jajaja!!!

    ResponderEliminar