VARIANTE "LA JUNGLA"

Ocho a las ocho, donde ya viene resultando habitual la presencia de Pepe. Sorprende en cambio la de Riki, que no nos tiene acostumbrados a salir entre semana por la mañana. No hace acto de presencia Rafa L. que había pasado la noche en Algar, de retén junto a los Hurones por si tenía que ir a abrir la presa (de "presa" se puso él bien, pero ibérica).

En una jornada que amanece con nublados y promete fresquita, Juanma, Manolo, Antonio, Fernando, Diego, los que nombrado antes y yo nos dirigimos hacia Pto. Real. En Cartuja Pepe y Antonio continúan por carretera hacia la cementera y los demás seguimos por el carril de servicio de la autopista. Por allí Juanma propone realizar la variante del puente hacia la derecha que termina en la yeguada del Bocado. Este tramo era en su día el paso habitual hacia Pto. Real, pero el poco tránsito desde entonces lo ha convertido en una "jungla". La primera parte bien, pero la segunda... mejor, aunque no todo el mundo opinara igual. En un sendero escondido entre yerbajos secos, nadie se libró de que se le liaran los matojos en los piñones y rondanas, como si de una bobina se tratara. Por aquí los primeros reproches. Y nada más terminar de desliar los matojos había que cruzar una zanja, con una altura en la que cabe una persona de pie y con dos enormes tubos de hormigón que han quedado descubiertos con las lluvias de los últimos años. Repechando para poder continuar se oían más y más quejas. Luego se cerraba el paso con los tarajes. Había que pasar agachándose entre ramas y troncos. Y las bicis a tirones. Con la niebla los tarajes estaban mojados y al pasar entre ellos acabamos chorreando. Los frenos chillaban como locos y algunos nos dedicábamos a hacer musiquita. Las críticas por la variante iban subiendo ya de tono. Antes de llegar a la puerta de la yeguada todavía quedaba pasar gateando bajo una cancela. El colmo. Ya se veían miradas asesinas en algunas caras... Y por fin, la carretera.

Cuando ya el grupo pudo pedalear de nuevo, en el carril de Frías hacia los cocodrilos, se fue relajando la tensión y se fue apaciguando el disgusto. No vemos a los dos que "iban palante despacito" hasta la altura de la venta El Algarrobo. Ellos cogen hacia la venta y se vuelven para Jerez y nosotros continuamos por la trialerita del otro lado de la autopista, hasta Puerto Real. Decidimos no parar a desayunar y hacerlo al terminar, por lo que seguimos hacia Toruños, Bujarrones y El Puerto. En lugar de Beatillas nos dirigimos hacia las lagunas y luego tomamos la desviación hacia la cañada del Carrillo, finalizando por Guadabajaque.

Ya en Jerez, con una costra de polvo adherido en las piernas, la ropa y la bici, paramos a desayunar en el bar de Petechef, donde pudimos saludarlo, a él y a Francis, que tiene un aspecto inmejorable y está empezando a montar. Y con esto y un bizcocho, hasta el martes...