Pues sí. Al final nos fuimos a San Cristóbal. No llegó a Rampage. Se quedó en Rampita pero estuvo bien.
La semana pasada, antes de continuar para El Madrugador y Flamencos, hicimos un poquito el cabra por San Cristóbal y resultó entretenido. Me había quedado con ganas de repetir y hoy se dieron las condiciones: después de haber llovido; con poco tiempo; Diego que había puesto un video sugerente; y para colmo me preguntan que si traía pensada ruta... Pues claro. ¡San Cristóbal Rampitage! Unos que habían salido el día antes. Otros que andaban con saltos en la cadena. Algunos indecisos. Pero como no había otra propuesta pues nos vamos para allá.
De entrada y sin pensarlo dos veces... pocitos. Po parriba. El terrreno estaba un poquito pegajoso pero muy compacto. Luego continuamos hacia el poblado para rodear el perímetro del rancho La Bola. Y antes de llegar a la carretera nos desviamos a la derecha por el senderito de trialeras. Muy buen terreno para subir y bajar. Nada absolutamente nada de charcos ni barro. La bajada hasta la cantera, casi como por raíles. Las arenas muy asentadas. Y ya nos pusimos a tontear para un lado y otro, bajando por donde habíamos subido antes y a la inversa también. En fin, algunos repechones a patita, algún paso más dificultoso que otro, pero mucha diversión.
Y la Marin, la única rígida de 26 de las que iban (alguna 29 y todas las demás dobles), a sus dieciseis años, de hierro machucho, y con unos desarrollos casi de carretera, comportándose como la que más. ¡Cómo no la voy a querer!
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