LA VERDADERA HISTORIA DEL PARÓN DE LOBATO

El conocido ciclista jerezano Antonio Lobato lleva varias semanas apartado del pelotón nacional.

De un día para otro y de buenas a primeras dejó de aparecer tanto en los entrenamientos de su equipo (el peculiar conjunto LoLo) como en los rallys, criteriums y maratones que tenía programados en su calendario.

En un primer momento, ni su director deportivo ni sus compañeros de equipo supieron darnos información alguna sobre su paradero. Posteriormente fuentes más acreditadas comentaban que había sufrido la recaída de una vieja lesión y eso le habría obligado a abandonar temporalmente la competición. También se había propagado la noticia de que había sido intervenido quirúrgicamente en la clínica del prestigioso traumatólgo deportivo Dr. Guillén. Incluso llegó a rumorearse la posibilidad de que hubiese dado positivo en algunos de los múltiples controles antidoping que pasaba, con elevados niveles de concentración en sangre de eritropringatina, por consumo abusivo de mosto y berza, situación ésta que le habría llevado a una retirada voluntaria de los escenarios ciclistas, ante el riesgo de una posterior sanción.

Pero las últimas pesquisas nos han llevado a conocer la verdad, que es bien distinta a todas las conjeturas anteriores. Bien respaldado por un equipo de asesores en diversos campos (laboral: Rafa L.; fiscal: Edmundo T.; económico y comercial: Paco J.; empresarial: Francis C.), Lobato ha abandonado la bicicleta para dedicarse en cuerpo y alma a un proyecto que desde hace tiempo rondaba su cabeza. Llevaba muchos años con la ilusión de montar una empresa  familiar que algún día pudiera convertirse en el imperio del mueble y la decoración en Andalucía. Y en eso anda.

 

En declaraciones a este medio ha asegurado que está consultando a sus asesores la posibilidad de colaborar o incluso patrocinar plenamente al conjunto LoLo, aprovechando la gran difusión mediática que tiene ese equipo.