Hoy, 1 de agosto, día en el que más gente busca el fresquito
de las playas, nosotros no íbamos a ser menos y hemos hecho la ruta de Pinar
del Hierro a Torre de Castilnovo.
Saliendo Joaquin, Angelmari
y un servidor del Pinar que está próximo a La Espartosa, a donde llegamos en los coches, y tras recorrer parte de él (las trialeras las dejamos para los que
disputan el Open de Andalucía de MTB) con un prometedor ponientito, llegamos al Novo Santi Petri, primero, donde hay más
campos de golf que botellines de Cruzcampo. Tras comprobar lo bien que viven algunos, seguramente a costa de otros, llegamos a la Torre del Puerco, donde
departimos un rato con un par de entusiastas de la fotografía de las aves migratorias y de los
delfines. Allí nos juntamos con Manolo, primo de Joaquin Manteka,
también de charla fácil y generosidad grande (debe ser cosa de los genes).
Tras “bichear” un
rato por senderillos que a veces parecían hechos por regueros de hormigas
llegamos a Roche. Allí, como el que no tiene vergüenza todo el campo es suyo,
algunos vecinos (malos vecinos) han vallado los accesos a los carriles paralelos a la línea de costa. De esa forma, podrán presumir de tener chalets y mar; y eso, mola.
Una vez dejada atrás una, otra, de la mayores barrabasadas
urbanísticas, llegamos a los acantilados que conducen al Faro de Roche, Torre
hasta 1986, donde pudimos admirar el turquesa rabioso del mar hoy.
Luego, otros abusos urbanísticos nos obligarían a abandonar
de nuevo la proximidad del mar para hartarnos de hormigón y asfalto. No nos merecemos
este entorno. Así hasta recorrer Fuente del Gallo, la Fontanilla y Los Bateles
de Conil.
Finalmente, un sendero a veces no ciclable por los arenales,
nos llevaría hasta la Torre de Castilnovo, cerca de El Palmar, frente a una playa muy buena y en
medio de unos pastizales salpicados de vacas retintas. Esta torre sirvió para vigilancia y para avistar atunes. Se comunicaba con la de Guzmán de Conil, la de Roche,
la de Meca y otras hoy desaparecidas ( para saber más: http://www.rutasyfotos.com/2010/08/torre-de-castilnovo.html.). Desde hace unos pocos años sirve sobre todo para ilustrar el wasap de Manolomerca.
Luego de admirar la maravilla del paraje (allí no hay
Pokémon Go afortunadamente) y tras
degustar los dátiles y nueces de los primos Ballesteros, emprendimos la vuelta,
pero sin tantos vericuetos, ya que la cerveza en La Barrosa no podía esperar. De ahí a los coches iríamos haciendo planes para la
siguiente, que será la de la vuelta al embalse de Bornos un par de días más
tarde. Ojalá el tiempo se siga portando tan bien como hoy.
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