19 de febrero de 2017

CLÁSICA DE LA SIERRA NORTE SEVILLANA

Ayer sábado  18 de febrero hicimos la tan deseada ruta de la Sierra Norte de Sevilla, en esta ocasión acompañados de un grupo de amigos de Rafael Santos.
Pasadas las nueve de la mañana salimos desde  la Ermita de Ntra. Sra. del Robledo con fresquito, pero con un sol que hacía presagiar un día estupendo, a pesar de que la semana  anterior había llovido y mucho en  la zona.
En primer lugar  nos deleitamos con el extraordinario aperitivo del Sendero de los Castañares, que siempre  ofrece una estampa inigualable, a pesar de que no es el de ahora tiempo de castañas. 
Poco después llegamos al carril que parte del Jardín Botánico El Robledo para, tras un largo descenso, pasar por una cortijada,  que afortunadamente tenía los candados abiertos, y descendimos  a un puente que cruzamos sorteando la corriente de las últimas lluvias buscando la ribera del Huéznar. Al fin la alcanzamos, pero  en el punto en el que se vadea para llegar a Fábrica de El Pedroso. Por tanto, debíamos  retroceder  hasta tomar el desvío antes de cruzar el puente antes dicho. Desde allí seguimos entre abundante vegetación de ribera y alcornocal hasta el Molino del Corcho, primero, y el Puente de Castillejo, después. Luego de cruzar éste, subimos a Cazalla por el Camino Viejo, que ha sido rehabilitado recientemente,  ganando en ciclabilidad, aunque perdiendo en  encanto.  
En la plaza del pueblo de Cazalla  y frente a la Parroquia de Ntra. Sra. de la Consolación nos avituallamos y comentamos la dura ascensión, mientras a mí se me agolpaban los recuerdos de una bonita niñez en aquellas plaza y calles. 
Luego emprendimos  el regreso, en esta ocasión por donde mismo habíamos  llegado, en lugar de hacerlo por Las Laderas, como en otras ocasiones.
Más tarde, y antes de tomar la Via Verde, un pinchazo al pie de la carretera vieja  que baja de Constantina y llega a Cazalla, hizo que estuviéramos a punto de ver pasar a los Valverde, Contador, etc., que disputaban la cuarta etapa de la Vuelta Ciclista a Andalucía. No los pudimos ver, aunque tampoco ellos a nosotros (¡ea!). 
Comenzamos la Vía Verde de la Sierra  y pasamos por Isla Margarita para emprender a continuación  un rápido ascenso hacia el Cerro del Hierro. Tan rápido, que dejamos atrás, sin la preceptiva parada, el Batán de las Monjas, primero, y El Martinete, luego. Nos faltó asomarnos a  las cascadas del Huéznar. Y es que cuando de  disputar un sprint especial se trata nos volvemos como locos, pero sin el como. Otra vez será cuando paremos en tan excepcional pueblo de "maruchos" (gentilicio de San Nicolás del Puerto).
En el Cerro del Hierro hicimos el recorrido típico por el sendero habilitado hasta descender a la gruta principal y emprendimos el  regreso luego de las obligadas fotos. En esta ocasión, sería rodeándolo por la parte sureste. 
Luego de unas fuertes subidas y bajadas en las que Paco y Fran dijeron  acalambrados ¡basta!, llegamos con dudas al Camino del Mojón Blanco y luego a la dehesa del Cordel de Extramadura, por el que alcanzaríamos el Mirador de Cerro Negrillo. Desde ahí, un vertiginoso descenso por la carreterilla nos llevaría a los coches, donde nos esperaban los cariñosos mastines que habíamos dejado guardándolos.
Una vez vestidos y medio aseados, bebimos bien y comimos mejor en la cuidada y entrañable fuente  cercana a la Ermita en la que la Virgen parece velar por la belleza de tan singular lugar. Allí nos pusimos  como quisimos con los chicharrones y quesos de Francis  y la mega tortilla de Paco “El Calambres”. 
Tras citarnos en Lora para el merecido cafelito, nos despedimos con la  unánime impresión de que había sido un día muy bueno en todos los sentidos y quedamos emplazados para un mes y pico más tarde hacer la II Ruta del Agua de Sevilla o de El Ronquillo. Otra de esas rutas, como la de hoy,  que quien se la pierda  difícilmente puede encontrar consuelo en que se la cuenten. No obstante, aquí estaremos juntando letras porque a falta de pan...























1 comentario:

  1. Preciosa la ruta Fernandito, hoy más que nunca, probablemente por lo bonito que estaba el terruño.Todo un privilegio llevar un guía como tú. A por la próxima! !!!!!

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