Solo hace unos días que rendimos entrañable homenaje a Riki, el hermanísimo de Pepe y amiguísimo de todos, cuando se cumplía un año de su marcha.
Como todos los sábados cuando él nos pudo acompañar, salimos
en bici, pero esta vez fuimos muchos más y de los diversos grupos de mtb de Jerez los
que acudimos a la rotonda 2 del "Colesterol" para rendir un emotivo recuerdo a la memoria del que nunca faltaba
a cualquier cita, fuera con la bicicleta o sin ella.
Ricardo se esforzaba como ninguno, a pesar de sus kilos, y llevaba
regular el no poder a veces dejar la cola del grupo (yo lo sé bien porque allí solía
ser su compañero de fatigas), a pesar de sus admirables esfuerzos. Y es que fue un luchador infatigable, que soñaba con “partirnos la ara” a todos. Y bien
que lo logró cuando aquella fatídica tarde se nos fue. La conmoción general
sucedió a la incredulidad inicial.
Un año después aún parece que nos
hubiera cogido ventaja, como si
de una ruta más se tratara, para
esperarnos en el lugar de costumbre con una cerveza en la mano y otra de camino
y repetir aquello de “no he querido tirar”, “esta bici pesa demasiao”, “tú te callas que has venido chupando ruea”,
“cuando me ponga a dieta te vas a enterar”… Lástima que ya no podrá ser. Aunque tal vez sí allí arriba.
Muy bien Fernando, has descrito a Ricky a la perfección.
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