15 de octubre de 2019

POZUELA ALTA

Improvisando la ruta de esta tarde decidimos dirigirnos hacia Mesas de Asta y Tabajete, con regreso, según las posibilidades de paso, por el Barrosillo.
Comenzamos por Cañada Ancha hacia la carretera de Morabita enlazando más adelante de nuevo con la Cañada Ancha o Cañada Real de Janina. A una velocidad moderada el bendito poniente de cara nos obligaba a resguardarnos cuanto podíamos en fila india, sin salir de la línea y sin hablar nada durante un largo tramo. Sólo se oía el ronroneo de las ruedas sobre la tierra, bien asentada tras el chaparroncito de ayer.

Llegamos a Mesas de Asta y nada más entrar en el carril debemos apartarnos al paso de un par de coches. Bueno, tres. No. Cuatro, cinco. ¡Cuidado, otro más! Y otro, y otro... ¿Pero esto qué es? Elucubrando si venían del yacimiento o de alguna romería pensó Fernando acertadamente que lo harían de finalizar una jornada de caza, probablemente de perdices. Y venga coches: más de una veintena de vehículos de todo tipo a las cinco y media de la tarde en fila por el carril. Conclusiones: una buena y otra mala. La mala: ¡Pobres perdices! La buena: con tanto trasiego quizás la cancela estuviese abierta. Y así fue. Nadie se extrañaba de nuestra presencia por allí y junto al mismo cortijo los conductores de otro par de furgonetas que andaban despidiéndose ni se inmutaron a nuestro paso. Mejor así. Pero cuando fuimos a encarar el camino habitual una cadena y, por lo oído mejor que visto, unas voces nos indicaban que siguiéramos por una desviación preparada al efecto: un gran recorte en muy buenas condiciones para rodar que atraviesa lo que habitualmente está cultivado, como los caminos temporales que hacen en verano tras la recogida de la cosecha, y que además nos ahorraba una subida.
De manera que en un plisplás dejábamos a la izquierda la cañada de Tabajete y estábamos rodeando el cortijo de Pozuela Alta. Y justo pasando al lado observo que el portón de entrada estaba abierto, por lo que entramos para disfrutar un poco de los vestigios que van quedando de nuestro rico patrimonio rural.
Pozuela Alta es un pequeño cortijo situado al oeste de Mesas de Asta en una ligera elevación que domina la inmensidad del paisaje que lo rodea. Está actualmente muy deteriorado, con algunas dependencias en ruinas, con los techos derrumbados y en absoluto abandono. Tiene un precioso patio interior de forma rectangular contorneado por una docena de naranjos y un laurel en una de las esquinas.
Vista aérea donde se aprecia el deterioro de la techumbre. La segunda imagen es del año 2018.
"En las Pozuelas se han descubierto restos de una alquería musulmana de cierta envergadura con vestigios anteriores al siglo XII, posiblemente relacionada con el núcleo de Mesas de Asta. En época cristiana medieval Pozuelas figura como una de las aldeas del término de Jerez... El cortijo forma un conjunto de mediano tamaño y estructura cerrada de patio central con naranjos y pavimento de solera de hormigón. Son de interés las construcciones originales, en especial la gañanía y el granero. La gañanía dispone de bancales perimetrales para los jergones y chimeneón. El granero compone un cuerpo de dos plantas con acceso a la superior desde el patio. La fábrica es de muros de carga con grandes contrafuertes exteriores de sección circular y cubierta de teja curva a un agua."(1)





Después de las fotos de grupo continuamos camino, pero antes de la subida a los aerogeneradores nos desviamos en un cruce de carriles con dirección a El Barrosillo.
En el cruce de Añina y puesto que aún contamos con una hora de luz decidimos continuar hacia Montana. Y precisamente en el carril, relleno de escombros, de Las Tablas a Montana se clava una puntilla en el neumático de Fernando R. Saca el hierro, que sobresalía e iba golpeando las vainas, y lo soluciona rápidamente metiendo por el mismo agujero una pequeña varita de plástico que taponó de tal manera que ni necesitó rellenar con aire hasta Jerez. Llegamos a la carretera de servicio de la autovía de Sanlúcar y de allí al cruce de Las Tablas. Unos cogieron por la cuesta que sube por detrás de la viña Santa Honorata y otros por Polila, con dirección a Vistahermosa y El Calvario. Y como Porrones tenía cerrado y jugaba a fútbol la selección, pues para casa.

(1): Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía. Provincia de Cádiz. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Junta de Andalucía. 3ª Ed. 2007.

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