En la salida sólo aparecemos siete a quienes la incipiente calor todavía no amedrenta. Se propone Puerto Sherry o Flamencos y se prefiere ésta última.
Empezamos bajando Pinosolete y seguimos por las antiguas vías hasta El Portal. Desde allí pasamos por el puente sobre el Guadalete hasta el cruce de la Carretera de Bolaños. Más adelante nos desviamos a la derecha, tomando la ancha pista que se dirige hasta las salinas: unas rectas interminables con un leve viento de cara y espolvoreados por el camión de turno.
Empezamos bajando Pinosolete y seguimos por las antiguas vías hasta El Portal. Desde allí pasamos por el puente sobre el Guadalete hasta el cruce de la Carretera de Bolaños. Más adelante nos desviamos a la derecha, tomando la ancha pista que se dirige hasta las salinas: unas rectas interminables con un leve viento de cara y espolvoreados por el camión de turno.
Llegar al puente que hay junto a las salinas supone romper la monotonía del carril anterior y entrar en el curveo del senderito de las marismas, un placer para la conducción. Además del paraje, el frescor del aire, la cantidad de aves y el cómodo camino hacen que resulte siempre un tramo muy agradable de recorrer. Esta vez estaba muy animado por la cantidad de flamencos (Phoenicopterus ruber) que había sesteando en los esteros y sobre todo por los asustadizos pollos de gaviotas (Larus argentatus) pidiendo el amparo de sus progenitores, que no temen ni a esos locos beteteros de colorines ni a quien se ponga por delante, con tal de defender a sus crías, llegando incluso a darle un toque en el casco a alguno de nosotros.
Atravesamos el Coto de la Isleta. Entre las retamas y arenas del Tiro de Pichón no vimos ningún camaleón (Chamaleo chamaleon), pero sí un ejemplar de urraca (Pica pica) y algunos nidos vacíos del bujarrón común (Bugerum sodomita). Continuamos rodeando las tirolinas hasta el mismo puente sobre las vías, junto al "decartón". Ese puente está muy oxidado y en algunos tramos ya clarea la plataforma de base. Por el Macka nos metemos en Los Toruños con dirección a la universidad, pero antes de llegar nos desviamos por el puente sobre el río San Pedro para salir al camino de los Ramones. En el centro de recepción e interpretación de los Toruños hacemos una pausa para llenar alguna rueda y rellenar los bidones. Continuamos por el paseo marítimo de Valdelagrana hasta el antiguo Caballo Blanco de nuevo, y hacia la entrada al Coto de la Isleta, para buscar el sendero que rodea las vías y sale junto a la estación. Desde ahí, carretera hasta Beatillas. Algunos piques delante en cada repechito y Fernando dispuesto a no ceder ninguna meta volante ni sprint bonificado. Con el suave viento a favor ya, llegamos fácilmente a Jerez. Pero en la subida de José Luis Díez, otro pique por llegar delante a Plateros. Jornada cómoda, prácticamente sin calor, accidentes ni averías.
56 kms.; en 2 h. 50 m.; a 19,5 k/h.
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