8 de junio de 2011

TRES TRISTES TIGRES EN UN TRIGAL

Martes, 7 de junio.
En la salida, doce. Entre ellos, Rafa L. y Lobato que ya avisan su intención de no hacer el recorrido completo. Además, otro Angel María (de uno de los varios grupos de beteteros que montan por Jerez) y que hoy ha decidido hacer la ruta junto a nosotros. Bienvenido.
En vista de que hace poniente propongo la ruta de Mesas de Asta y Molinos, pero entrando, no por Morabita, sino por Cañada Ancha. (¡Para qué se me ocurriría! Me supuso un doloroso costalazo).
Hasta el comienzo de Cañada Ancha, lo habitual: la gente de tertulia y el grupo por fascículos. Ya no ví más a Lobato y Rafa. Al empezar la Cañada, el carril de arena estaba gradeado hasta la intersección con Sta. Rosa, y sólo ese tramo y con el viento de cara era ya una paliza. A partir de ahí no había arena, sino dos líneas entre plantas, hierbas y surcos. Intentando pasar de una línea a otra, ¡batacazo sobre el costado!, pero en caliente podía continuar. Luego la carretera de Morabita sirvió para coger aire para el siguiente tramo de marismas hasta Mesas de Asta. (Alguno quiso subir Panzaburra y seguir por detrás, pero sin éxito). En el llano, cojo por el carril tradicional y los otros nueve por el de acceso a Berango, pero en la continuación hacia las marismas, dudan y me quedo por delante. Se forman dos grupos: Joaquín (ayer como una moto), Fernando y yo, por delante, y los demás por detrás. Fernando tenía la encomienda de parapetarnos en este tramo con viento de cara, pero nos la dejó a Joaquín y a mí. Nada más pasar el túnel bajo la carretera, una manada de caballos al galope se dirige hacia el pueblo tras los ciclistas, lo que suponía un riesgo considerable, porque iban desbocados.
Atravesando el cortijo de Mesas de Asta y antes de llegar a la desviación de los molinos tenemos que esquivar un par de veces coches y maquinaria que están faenando por el campo. Al terminar la última cuesta junto a los aerogeneradores, observamos que hay una cancela cerrada por donde siempre continuamos y que además Joaquín ha continuado de frente y se ve allí abajo a lo lejos (¡y ahora quien lo avisa!). Tomamos la misma dirección que él y, después de otra bajada asfaltada muy pendiente (algún día habrá que hacerla al contrario, subiendo), salimos a la carretera de Sanlúcar a Trebujena, cerca de la gasolinera. Allí paramos para coger agua y seguimos por la de El Calvario hasta la intersección del carril que termina en la carretera de servicio de la autovía de Sanlúcar, cerca del Rancho Montana. De nuevo delante Joaquín ("¡Es que me estoy empezando a encontrar bien!", "¡Hoy tengo buenas sensaciones!"), Fernando y el grupo estiradillo. Una vez en la autovía decidimos volver ya hacia Jerez, pero pasando un poco más allá de Polila hacia el otro lado y vadeando algún arroyo. Después de una cuantas subidas y bajadas, el arroyón: Diego hace un amago de pasarlo montado, pero... "que si el agua está muy fría...", "que si no se ve la profundidad...", "que hay que ver que no teneis la cámara preparada...", "que si Fernando tiene las manos escondidas detrás de la espalda y no me fío..." Total, excusas. Mucho público pendiente y al final por los troncos, como "to er mundo".
A partir de ahí, marchamos tranquilitos hasta Jerez. Y lo único destacable es que en la Plaza Domecq Plaka-Plaka da un repentino viraje hacia Plaza Peones que hace dudar al grupo. La respuesta: "Es que me resulta más agradable coger por Carpintería Baja". Yo creo (después de haberme estudiado el tema 88 del Manual Avanzado de Entendedores del Jiro de Normandía) que un escapado lleva ventaja en el final de etapa si el recorrido es sinuoso y con curvas. ¡Y todo para coger el mejor sitio en lo de Porrones!
Me salieron 57 k., en 2 h. 50 m., a una media de 20 k/h.
P.D.: El video ha salido con una calidad muy mala, así que a ver si cambiais de ordenador.

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