7 de marzo de 2020

NERVA Y MINAS DE RIOTINTO

Vayamos por partes. Esto no es una ruta. Es más que una ruta. Se podría considerar como paquete turístico de media distancia, en el que se incluye la participación en una actividad deportiva con recorrido guiado por zonas o espacios naturales, visitas a lugares de especial interés, información cultural sobre los mismos, asistencia sanitaria in situ, asistencia técnica y mecánica, bici-escoba, servicio de aseos y duchas al inicio y finalización del recorrido, desayuno, almuerzo y merienda concertados en comedores reservados, teleasistencia para casos de extravío, material o equipamiento sustitutivo en caso de olvido o pérdida, etc. ¡Anda que no!

Pues aún así hubo quien desistió a última hora.
Al llegar Luis al punto de reunión alguno tarareó un sonsonete imitando aquellas palabras del Libi cuando apareció un año disfrazado de Papa (“...Pueblo de Cádiz... ¿Qué pensábais...? ¿Que no iba a venirrrr?”). Dijo que quería hacer la ruta y allí estaba, dispuesto a subir lo que hubiera que subir y a degustar lo que le pusiesen por delante. ¿Comprometería eso la hora acordada con el restaurante? ¿Se emplastaría el arroz?
Ya a primera hora fue necesaria la teleasistencia porque Manolo y Taquio, al no incorporarse a la hora de salida en el lugar de encuentro, confundieron el Hostal Restaurante Puerto Blanco con Asentamiento Puerto Blanco, allá por Valverde del Camino, por lo que fue preciso redireccionarlos hasta donde nos encontrábamos.
Una vez en el lugar de comienzo, Nerva, y recibidos por representantes de la corporación local, dispusimos los preparativos para la ruta. El frío a esa hora (sobre 5/6 grados) y las previsiones para el mediodía, hacían dudar a alguno sobre la vestimenta que iban a utilizar. El guía señaló acertadamente que el frío duraría poco pues ya de inicio encontraríamos las primeras cuestas. Tras la acostumbrada foto de grupo junto a la fachada del ayuntamiento emprendimos el recorrido.
Los primeros kilómetros transcurrieron en clara subida, por una carretera sin tráfico apenas, con un asfalto nuevo, saludando a los transeúntes que utilizan ese camino para pasear o hacer deporte, pero impresionados por el aspecto desolador que mostraban los pinares que íbamos atravesando, quemados tras un incendio de hace un par de años. Así llegamos al mirador de la Mina Peña del Hierro, donde pudimos observar la sorprendente Montera de Gossan, una formación geológica de color rojizo de la que antiguamente se extraían sulfuros.
Más adelante pudimos ver el nacimiento del río Tinto y sus sorprendentes aguas de color rojizo(1). Tras cruzar otra zona de pinares tomamos un desvío ascendente con dirección a Tumbanales, rodeando la pequeña aldea, semiabandonada y derruida, próxima al embalse de Tumbanales I. Luego el sendero, muy roto y tortuoso, nos conduciría hasta el Embalse de Gossan, que se encuentra dividido en dos por la carretera Riotinto - Campofrío. Continuando por carretera (con mucho tráfico) en dirección a esta última localidad poco más de un km., nos desviamos por la amplia y polvorienta pista que se dirige a la Mina La Poderosa. Tras varios kilómetros alcanzamos un cruce de caminos. Uno de ellos nos llevaba en una larga y pendiente bajada hasta las orillas del río Tintillo. El tramo que discurre paralelo al río es uno de los más bellos del recorrido, tanto por la humedad de la zona como por el verdor de los pinares, que por aquí están mejor conservados.
El estrecho puente sobre el Tintillo merece una pausa para contemplar el lugar y disfrutar del colorido que regala este enclave.
Obsérvese que el puente no descansa sobre los dos sólidos
 pilares cuadrangulares sino que la pasarela está sujeta por
 una estructura de tirantes rígidos.




Saliendo del puente el camino apunta hacia arriba en un imponente cortafuegos casi vertical. Es la cuesta de La Fija(2). Incluso han acondicionado unos escalones con troncos para poder llegar arriba  a pie.


Sendero en escalera en la cuesta de La Fija



Pero afortunadamente no había que coger por ahí. Una vez comenzada la rampa un desvío a la izquierda alivia la pesadumbre que provoca la sola visión del cortafuegos. Pareciera hecho a propósito para compensarnos y sobrellevar el camino que a continuación íbamos a recorrer.
Iniciamos la subida más larga de la jornada. Desde el puente sobre el Tintillo hasta el Camino del Cementerio, en las proximidades de El Campillo, el camino discurre prácticamente en suave pero continuada ascensión durante cinco kilómetros, con escaso llaneo y casi ninguna bajada. La vista por este lugar abarca un amplísimo horizonte hacia el suroeste de toda la comarca minera. Pero el paisaje no deja de resultar de lo más lamentable debido al maltrecho aspecto que muestran todas las colinas despobladas de arbolado, con abundante matorral de jara y algunos pinos salpicados y quemados como consecuencia de los incendios que han asolado este territorio. Con tenacidad y paciencia fuimos avanzando camino y ganando altura hasta llegar al centro ocupacional de Aspromin, junto a la carretera del cementerio.
Nos incorporamos a la Vía Verde con dirección a Minas de Riotinto, dejando para otra ocasión el tramo de vía que se dirige a Zalamea La Real, la ermita de San Blas y los caminos entre naranjos. La Vía Verde por aquí es un camino cómodo, sombreado y con amplias vistas a las extensas vegas de naranjales que se abren a  nuestra derecha. Llegamos a Minas de Riotinto, dando una vuelta por el barrio inglés de Bellavista, y adentrándonos en un pinar recoleto y sinuoso hasta una alambrada situada casi al pie mismo de la Mina Corta Atalaya.
Tras las explicaciones y fotos de rigor regresamos por el mismo camino hasta la localidad. Pero antes de abandonar el pinar, Paco, curtido en centenares de kilómetros a través del desierto y en interminables ascensiones por el Alto Atlas, sufrió un amago de calambres en los semimembranosos de los isquiotibiales, obligándole a parar, recibir asistencia sanitaria y realizar estiramientos. El punto del arroz continuaba en entredicho. Con un poco de descanso, un ritmo más sosegado y una combinación de desarrollos más suaves pudo proseguir el camino. Aunque Fernando hiciera por llevárselo por carretera, ahorrándole así algunos kilómetros, él optó por continuar la marcha con los demás para no romper el pelotón. Saliendo de Minas de Riotinto tomamos la carretera que une esta población con Marigenta, pasando por Las Delgadas. Un rapidísimo descenso por buen asfalto nos llevaría, dejando a un lado la aldea de Monte Sorromero, hasta el inicio del sendero que, cruzando un arroyo y en un corto intervalo, se incorpora al camino HU-5015, que parte de Las Delgadas y llega hasta los abandonados poblados mineros de La Naya (construido a finales del s. XIX y derruido en 1973) y Zarandas(3).




Desde ahí hasta Nerva atravesamos toda esa inmensa zona minera desolada y abandonada, rodeados de montañas de escombreras, escorias y residuos que muestran una gran variedad y contraste de colores de tierra (marrones, ocres, sienas, rojos, amarillos, grises, negros). Luego, las ruinas de las antiguas instalaciones mineras y los poblados, hasta llegar a la estación del ferrocarril turístico. Y unos centenares de metros más adelante finalizamos la ruta. 

Después del recorrido y tras la ducha correspondiente (con agua caliente, por cierto), ¿qué mejor que una buena comida? Llegamos a la hora convenida por lo que el arroz estaba en su punto. Hubo a quien un plato colmado le supo a poco y se pidió otro.
Entrante, primer y segundo plato (regado todo con abundante cerveza), postre y chupito completaron una comida entre risas y proyectos. Y ya de vuelta paramos de nuevo en el mismo lugar del desayuno para tomar algún café que nos ayudara a mantenernos despiertos hasta el final del trayecto, porque a media tarde el solecito tras el cristal es muy traicionero.

P.D.: Desde estas líneas y en nombre de todos los participantes queremos manifestar nuestro agradecimiento a Fernando como organizador, y a Manolo Carrizo y la Concejala del área de Deportes del Ayuntamiento de Nerva como colaboradores. 

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(1) La coloración tiene su origen en la meteorización de minerales que contienen sulfuros de metales pesados hallados en los yacimientos a lo largo del río. Estos yacimientos son depósitos hidrotermales compuestos en gran medida por rocas de pirita (sulfuro de hierro) y calcopirita (disulfuro de hierro y cobre). El proceso de meteorización se debe a la oxidación microbiológica de estos minerales, causada principalmente por unas bacterias especiales, las arqueobacterias, que transforman los iones sulfuros en ácido sulfúrico, liberando los metales pesados como cationes en el agua. Es a causa del flujo de ácido sulfúrico  que el agua del río tiene un carácter muy ácido. Desde hace unos años el río Tinto es objeto de numerosos estudios realizados por científicos nacionales e internacionales (NASA) que buscan una posible analogía entre la vida existente en la Tierra y la que pudiera haber existido en el planeta rojo (Marte). (Inf. del Ayuntamiento de Nerva).
(2) La Fija, con una vertiginosa pendiente de hasta el 36 por ciento de desnivel, supuso, allá por el año 1876, una verdadera revolución técnica para dejar hoy una estampa espectacular en el entorno paisajístico bañado por las rojizas aguas del Tintillo. Y es que para salvar ese colosal escollo natural, dotado en la actualidad de una interminable escalinata de 247 peldaños, los ingenieros británicos diseñaron un innovador sistema constituido por una máquina de vapor, dos vías paralelas y un cable de tracción que, junto a un tren de contrapeso, permitía la ascensión de los vagones que llegaban cargados de mineral en dirección al Puerto de Huelva. Un contexto embriagador que encuentra su complemento en el restaurado puente de dos pilares (en la actualidad aderezado con una pasarela peatonal) que sobrevuela el afluente del río Odiel.
https://www.spanishrailway.com/ferrocarril-de-buitron-a-san-juan-del-puerto-buitron-a-zalamea-y-a-san-juan-del-puerto/
https://www.spanishrailway.com/ferrocarril-de-zalamea-la-real-a-la-mina-poderosa/
(3) La Zona de Zarandas-Naya era una planta de tratamiento de mineral de la Río Tinto Company Limited propietaria de las minas de Río Tinto. Aquí llegaba el mineral procedente de la Corta Atalaya a través del túnel 16, de 7 kms. de longitud. Se considera como zona de labores de beneficio... en relación con la transformación del mineral, lo cual conforma un paisaje artificial de cerros de escoria vigilados por las características chimeneas de fundición que dominan el territorio. Éste queda marcado también por las infraestructuras ferroviarias asociadas. De ese modo a partir de principios del siglo pasado, se procedía a la trituración, cribado, clasificación y preparación de los minerales para su carga en los distintos trenes que partían desde esta zona hasta el puerto de Huelva para su posterior distribución a los distintos mercados mundiales. A las trituradoras y concentradores (trituradora de Zarandas, trituradora y concentrador de Naya, fundición de piritas, lavadoras), se asocian las necesarias subestaciones eléctricas para su funcionamiento, los elementos de la infraestructura ferroviaria y las escombreras. (Resolución de 24 de octubre de 2011, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se incoa el procedimiento para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Patrimonial, de la cuenca minera de Riotinto-Nerva, en los términos municipales de Minas de Riotinto, Nerva y El Campillo (Huelva). BOJA 222, de 11/11/2011).

3 comentarios:

  1. Un día que resultó completo y que fue posible en gran medida también por la colaboración de Angelmari.

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  2. El relato no puede ser más acertado, a la altura de la buena organización del evento. Un 10.

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  3. Ojú. La de paseos que dimos por el puente sobre el Tintillo sin saber que está en volandas. "Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras».

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