Hoy el protagonismo hay que otorgárselo a Lobato.
Rodando en grupo prácticamente compacto, a muy buen ritmo, sin prisas ni paradas por averías, estábamos de vuelta sobre las 12,30, con más de 90 k. en las espaldas, y con la compañía permanente de Antonio L.
Esta vez no abandonó, ni cortó camino, ni tan siquiera dijo voy palante despacito (salvo en la salida). Incluso dio algunos relevos y algún tironcillo. Esta vez no desertó. Quizás por la novedad del destino. Muy probablemente por las condiciones de la jornada. O tal vez porque hoy era su día bueno. Lo cierto es que esta mañana se comportó como un labato. (Perdón. Quería decir jabato).
La elección de la ruta fue un acierto: la Isla de León. En una mañana magnífica, con una temperatura extraordinaria, una luz plácida, sin viento ni avería alguna, nos encaminamos hacia allá abreviando por la carretera de Bolaños hasta la finca La Zarza. Luego por tramos del Corredor Verde del Parque de las Cañadas y del Dos Bahías llegamos a La Ventolera. Y desde ahí, entre marismas y salinas, hasta la Isla.
Subimos a la Ermita del Cerro de los Mártires. Fotografía de grupo. Luego, carril-bici junto a la playa de Camposoto y visita turística por la localidad, a lo largo de la larguísima calle Real, entre los raíles del tranvía.
De vuelta, algún que otro achuchón, rodeo a Las Canteras de Pto. Real y carril de servicio de la autopista.
Igual que por la mañana, tomamos la carretera de Bolaños desde la entrada de Cocodrilos. En la cuesta de la subestación eléctrica de El Portal (la de los Pájaros, como la llama Francis) se pronosticaba jaleo. Alguno insinuaba cuál iba a ser su táctica. Otros sonreían maliciosamente, como en el cartel de La naranja mecánica. Hay quien mantenía el ritmo procurando no perder comba. Al final, demarraje súbito de Manolo que se llevó a Félix a rueda y poco más atrás a Francis. Uno decía que veinte metros de ventaja, otro que dos bicis. Lo cierto es que ninguno alcanzó a Merca, aunque subiendo Pinosolete ya quedaban pocas fuerzas y todo aquello dio mucho juego a la hora de la cervecita.
Estupenda ruta la de hoy, pero
desafío a Lobato a adivinar quién le echó la anfetamina en el café para
que se sintiera con ánimos de completar el recorrido hasta terminarlo
con una elevada media. (Je, je).
La Isla de León es una de las islas que forman la bahía de Cádiz. Ésta comprende la porción de tierra situada entre la ciudad de Cádiz y la península, perteneciendo en su totalidad al municipio de San Fernando, cuyo núcleo urbano se asienta sobre la isla. La Isla de León está separada de los municipios de Chiclana y Pto. Real por el Caño de Sancti Petri, brazo de mar que se extiende desde las aguas de la bahía (al norte) hasta el Atlántico (al sur). A su vez está separada del término municipal de Cádiz por el pequeño caño conocido como río Arillo,
entre la bahía y la costa atlántica. Las comunicaciones terrestres con
la Isla de León se han desarrollado a lo largo de la historia a través
del Puente Zuazo y sus predecesores.
Puedo dar fe, y la doy, de que no solo sorprendió la kilometrada soportada por Antonio Lobato, así como el ritmo enloquecido que a ratos llevamos, sino también el demarraje de éste en el improvisado sprint antes del cruce de Las Quientas, en el que emuló, si no superó, a su mismisimo sobrino Juan José, y del que Tomás terminó sin las pegatinas de la bici y boquiabierto como cuando a Rajoy le hablan en inglés. Hoy fué "p´alante" no tan despacito.
ResponderEliminarOtro día, si Dios da, dberíamos llegar a Chiclana por el Corredor Verde, primero, y el "Cordel de los Marchantes", después, Luego, llegar a la Isla por el carril de servicio del nuevo tranvía, hacer el sendero del río Arillo, en su margen derecha, avituallarnos en Bahía Sur (frente a la marisma) y dar una vueltecita por La Casería antes de regresar por Camposoto. Total, ya puestos a hacer kilómetros...
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