MARISMAS, CAÑOS, SALINAS Y ESTEROS

En un día que amanecía cubierto nos íbamos hacia La Isla para empezar allí la ruta. La idea de Fernando era recorrer cuatro salinas entre esa población y Chiclana.

De modo que la primera iba a ser la de Tres Amigos y río Arillo. Más que salineros lo que vimos fue un grupo grande de mariscadores rastrillando prácticamente varias orillas de los caños para sacar coquinas de fango. Dimos la vuelta por el molino de mareas del río Arillo  entre los términos municipales de San Fernando y Cádiz, en el Parque Natural Las Salinas. Pasando Los Mártires y llegando al muelle de Gallineras nos incorporamos al sendero El Carrascón.

Este sendero une las zonas de Gallineras con Zaporito por un camino que transcurre paralelo al caño del Carrascón entre marismas y esteros. Resultaba agradable ver cómo a tempranas horas de la mañana había gran cantidad de personas por allí, paseando unas y practicando deporte (incluso piragüismo) otras, aprovechando las zonas de descanso y las instalaciones deportivas de que dispone el sendero.

El Carrascón. Al fondo, antigua casa salinera.

Cruzamos el puente de Lavaera pero nos volvimos al poco rato ante el desconocimiento de la zona y la inseguridad de poder circundar totalmente el laberinto de caminos entre los caños.

Salimos junto a la rotonda de la pirámide de luz que homenajea al Duque de Alburquerque como libertador de la patria en 1810, pasando frente a otro molino de mareas, el Zaporito, éste sí bien conservado y visitable. Pasando el puente transitamos por el acerado del paseo marítimo de La Magdalena que discurre completamente paralelo al canal principal del Caño de Sancti-Petri, pudiendo observar en el suelo unas enormes letras mayúsculas que ocupan casi todo el ancho del acerado y que, enlazándolas una a una, ponían: SAN FERNANDO  ◊  LA ISLA DEL SUR  ◊  1995. Y a continuación una serie de caracteres del alfabeto griego repetidas ( β δ α ζ ε η ). Pero todo el pavimento, así como el paseo en general, está bastante deteriorado.

Tras atravesar el Puente Zuazo nos pegamos al carril del servicio de las vías (pero por el lado equivocado) hasta que se nos acabó el camino delante del caño Zurraque. Cuando buscábamos alguna forma de cruzar al otro lado Tomás encontró paso bajo el túnel, por un lugar que parecía cenagoso (pero sólo lo parecía). Incorporados al lado correcto pudimos continuar Chiclana. Con el viento de cara fue Francis quien se encargó de poner una marcheta endiablada, y todos preguntándonos en qué pierna llevaría escondida la batería eléctrica, porque las lucecitas no se le veían.

Justo antes del río Iro nos desviamos buscando las salinas de Santa María de Jesús, que rodeamos por completo por algunos de los caños que la circundan, hablando de las doradas, lenguados, albures y robalos. 

Salimos por donde mismo entramos y atravesamos la ciudad para continuar con dirección a La Barrosa, desviándonos por la zona de Los Gallos para incorporarnos al sendero Salinas de Carboneros, que nos llevaría a través de  esos esteros hasta la carretera de Sancti Petri. De vuelta ya Tomás se despide y se va hacia Roche y los demás regresamos por el mismo camino que vinimos, hacia Chiclana primero y luego hacia San Fernando, hasta donde dejamos los coches.