4 de octubre de 2011

EL RETONNO DE LA BETTIA

Hoy, a las cinco e inesperadamente, como salido de la chistera, apareció Francisco. Puntual como siempre, nos sorprendió después de casi un año sin salir con el grupo. Regresaba con la misma vitalidad que antes del parón, preguntando que cuál iba a ser la ruta, porque si se le quedaba corta daría dos o tres vueltas más por la ronda este. Lo viás plicá mejó: que si se quedaba, corta (camino) y que daría dos o tres vueltas más por la ronda, éste, ozea, uno que estaba al lado. Ahora sí.
También se incorporaba Manolo Merca tras un mes sin montar y después de haber sufrido cuarentaytantas grapas en el tobillo. Pero ni se le nota porque va todo el tiempo con los de alante. Los demás, más o menos los de siempre (con alguna ausencia). En total catorce, que salimos buscando las Mesas de Sta. Rosa. Como están modificando la rotonda de circunvalación, han cambiado la dirección de algunas calles que antes tomábamos, por lo que tendremos que buscar nuevas alternativas para salir hacia Morabita. Por el camino, nada reseñable, sólo mucho polvo (¡y que no acaba de caer siquiera un chaparroncito que lo aplaque-plaque!). Por la carretera de Sevilla, cerca del Cuadrejón, Francisco tuvo que pegarle un bocinazo a un niñato inconsciente e irresponsable que se le cruzó por delante y que, con un camioncito en las manos, se creen que llevan toda la prioridad. Desde allí seguimos hacia Los Tollos: unos, los cobardes, por la derecha, que es más llanito; otros, los valientes (a propósito: desde aquí un abrazo a ese compañero que nos ha tenido que abandonar por motivos laborales: Don Alfonso...) Como iba diciendo, otros, los valientes, por la izquierda, donde el camino es mucho más largo, peligroso, polvoriento, bacheado y cuestarriba. En la puerta de la parcelita de siempre, reagrupamiento, y desde allí, por carretera, hasta los olivos, evitando los toboganes de Romanina. Empezamos rodando por allí a 23 k/h de media con la charla. Cuando se acabó la charla pasamos a 27 k/h y después de la curva, con todo el viento ya de cara, a treintaypico k/h. (¡¡Cohone... darle charla a ece niño... que nos va matá...!!). En el supermercado de Nueva Jarilla, avituallamiento líquido y Joaquín que se despide porque lleva prisa. Pero prisa: como que veníamos los trece ligeros y no le vimos el pelo.
En Jerez nos paramos la mayoría a tomar un refresco y salieron algunas propuestas de rutas: la ruta de las casetas de feria (propuesta por Manolo B.P.), la del ermitaño (por Rafa L.), la de la matanza y la de las tres arrobas (por Francisco), la de la ardilla (por Pepe. Y tal como la iba explicando, todo el mundo atento y diciéndole: "ira, ira, ira, ira... ío puta..."). Habrá que confeccionar un calendario e ir buscando patrocinadores. En fin, todo a uno diez y un ratillo simpático como los de antaño.

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